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«Argentina, 1985», el filme que puede abrir puertas para un cine argentino en horas inciertas


En una entrevista con Télam desde Madrid, adonde viajó invitado para dar una charla en el marco de Platino Industria Iberseries, Findling explicó cómo es el proceso y el criterio de algunos de los miembros de la Academia para dar su voto

La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina eligió a «Argentina, 1985» para competir por el Premio Oscar, un filme que en palabras del presidente de la entidad, Hernán Findling, representa la trayectoria del cine argentino, por lo que es necesario el apoyo a la industria cinematográfica local.

En una entrevista con Télam desde Madrid, adonde viajó invitado para dar una charla en el marco de Platino Industria Iberseries, Findling explicó cómo es el proceso y el criterio de algunos de los miembros de la Academia para dar su voto a tal o cual filme, además de hacer un nuevo llamado para la sanción de la ley de asignaciones especiales para la industrias culturales, que se encuentra trabada en el Senado.

«Esta película es cine argentino en estado puro. Principalmente es argentina, por más que esté Amazon Studios atrás. Rescata valores argentinos, director, guion y producción argentina. Con actores y técnicos argentinos y, además, es un excelente producto argentino. Creo que sería muy bueno tenerla nominada al Oscar. No solo por el premio en sí, sino por lo que puede representar para el cine nacional. El Oscar te da mucha visibilidad y publicidad», dijo el también productor cinematográfico.

En ese sentido, Findling hizo hincapié en que estar en la nómina final de la Academia de Hollywood pone en el radar internacional, para posibles inversiones, al cine nacional. Además, puede abrir las puertas de otros mercados no sólo a los creativos que trabajaron en el filme, sino también a los técnicos. Son oportunidades laborales que el Oscar puede ofrecer.

Sin embargo, el productor también dijo que para que existan películas como «Argentina, 1985», «que tiene un nivel de producción impresionante», también tienen que existir las 190 cintas que se estrenan al año: «Para que Santiago Mitre haya hecho esta película, tuvo que haber hecho ‘El Estudiante’ (ópera prima, 2011). Para que Mariano Llinás la haya escrito, tuvo que haber escrito otras antes».

«Es necesario que esas películas se hagan para crecer como industria. Hay que equivocarse y no dejar de filmar. Hoy tenemos muy buena competitividad en los técnicos y esto no se hizo de un día para el otro. La única manera de crecer es haciendo películas, que muchas veces son vistas por muy pocas personas, pero que ayudan a hacer crecer a la industria. Es imprescindible potenciar a los ópera primistas», postuló Findling.

Una de las preocupaciones que el presidente de la Academia ya expresó durante la entrega de los últimos Premios Sur fue la de la caducidad de las asignaciones especiales a las industrias culturales el próximo 31 de diciembre. En el Senado se manejan dos proyectos para extenderlas: uno de cinco años, con apoyo de la oposición, y otro por 50, que ya fue aprobado en Diputados.

Los números están muy justos, pero de aprobarse el texto que otorga un lustro, si bien es un bálsamo, no le da previsibilidad a la industria. Por poner tan solo un ejemplo: «Argentina, 1985» demoró cuatro años en estrenarse desde que comenzó la idea en las cabezas de Mitre y Mariano Llinás.

En cuanto al tras bambalinas de la elección que se dio a conocer anoche, Findling contó que hubo un alto índice de votación entre los 250 miembros de la Academia, algo que a veces no suele suceder. Para ello, fueron necesarias dos cosas: por un lado, la motivación por parte de mensajes y en redes sociales a los miembros para que vean las películas y pusieran su voto de manera electrónica. Por otro, también ayudó que algunas cintas que todavía no habían sido estrenadas habilitaran funciones privadas o links de visionado.

Ese fue el caso de la elegida y, también, de «El suplente», película de Diego Lerman, que se encuentra en el Festival de Biarritz, tras su paso por San Sebastián. La cinta protagonizada por Juan Minujín se estrena el 20 de octubre en las salas argentinas y, según relató Findling, tuvo muchos adeptos en la Academia para representar al país en la gala del 12 de marzo en el Teatro Dolby de Los Ángeles.

«Es para ir al cine. Yo la vi. Es una gran película, que merece ser vista en pantalla grande», dijo.

Algo que se pone en juego al momento de votar es el criterio personal de los miembros. No hay charlas formales ni informales. Cada uno elige lo que le parece mejor. Aunque hay algo en común entre algunos asociados que inclina la balanza por una u otra película: que sea del paladar de la Academia de Hollywood es uno de ellos.

«Creo que ‘Argentina, 1985’ tiene reales chances de estar entre las nominadas y hasta de ganar. Es una excelente película, está muy bien en todos los rubros, es muy argentina. Creo que tiene chances reales», aseguró Findling, que acaba de ser elegido presidente de FIA, la Federación Iberoamericana de Academias de Artes y Ciencias Cinematográficas.

«La FIA se formó hace unos años. Es una gran iniciativa para unir a las academias iberoamericanas. Tenemos muchos proyectos a desarrollar. Recién terminamos un almuerzo y aunque quizá en España la situación es diferente, en el resto tenemos los mismos inconvenientes a nivel distribución y posición frente a las plataformas. Vamos a exponer ciertas ideas de unión latinoamericana», explicó.

Télam: «Argentina, 1985» podría ser un éxito de taquilla, pero las grandes cadenas de exhibición no la quisieron por el poco tiempo de pantalla que Amazon les daba. A su vez, los productores de las películas, que antes tenían varias ventanas, como las salas, el VHS y las televisoras, hoy solo tienen al streaming para vender su producto. Parecería que el juego se achica, en vez de agrandarse.

Hernán Findling: Las plataformas llegaron para quedarse, pero es necesario tener reglas claras de juego para que no desaparezca el cine. Está muy bien que haya plataformas a nivel trabajo, pero tiene que haber cierta regulación o leyes que estipulen la relación entre las plataformas y el cine porque, creo, hay riesgo de que el cine se limite a los grandes tanques con esta política.