Eduardo Martí falleció en una clínica de su provincia, dos semanas después de sufrir un ACV. En noviembre de 2019 había realizado un festejo con casi 200 invitados y una banda de cuarteto
Las paradojas del destino. El hombre que hace apenas medio año creyó haberse consagrado como la persona con más suerte de la Tierra, perdió la vida con un final abrupto, triste e inesperado. Eduardo Martí, el hombre cordobés que en noviembre del 2019 había ganado el Quini 6 e invitado a casi 200 personas a una fiesta de celebración, murió el domingo después de permanecer dos semanas internado en un hospital a causa de un ACV.
El hombre de 58 años de la ciudad de Villa Dolores falleció mientras se encontraba internado en una clínica de Córdoba Capital y dejó así a tres hijas y a tres nietos.
Martí se había convertido en una suerte de celebridad de Villa Dolores en noviembre de 2019, cuando se consagró como ganador del pozo principal del Quini 6. Con la extracción al monto total correspondiente a los impuestos, el premio que Martí se llevó en su momento fue de unos 33 millones de pesos, que debió compartirlo con una vecina de su edificio.
Así y todo, lo que hizo particular la historia del empleado de ordenanza en el Poder Judicial de la Ciudad fue el alto perfil que adquirió después de haber ganado el premio. Por cuestiones de seguridad, lo habitual es que aquellos ganadores de sumas tan importantes de dinero se mantengan en el ostracismo y cuiden su privacidad. Sin embargo, Martí no solo se encargó de brindar entrevistas a numerosos medios locales, sino que hasta decidió festejar el premio con una fiesta a la que invitó a 180 personas y contrató a una banda de cuarteto.
03, 10, 11, 20, 25 y 30 fueron los números de la boleta ganadora con la que Martí se consagró el 16 de octubre de 2019.
“Este es el primer día de mi nueva vida”, aseguró el hombre al día siguiente de la confirmación del premio. Luego, pidió una licencia sin goce de sueldo en su trabajo y aseguró que utilizaría el dinero para saldar deudas y para construir algunos departamentos.
“Siempre fui un seco. Acá ya me conocían todos, y más ahora, no creo que vaya a tener problemas. La gente es buena y no anda con malas intenciones”, le aseguró en una entrevista al diario La Voz.
El triunfo no estuvo exento de la polémica. Al día siguiente del sorteo, Martí salió a la luz pública a asumirse como el único ganador. Sin embargo, a las pocas horas, una abogada llamada Victoria Castellano que vivía en el mismo edificio y era su vecina indicó que esa boleta había sido compartida. Aducía que ella le había pedido a Martí que se la comprara y que la mantuviera en cuidado.
La abogada contó que Martí salía habitualmente a comprar dos boletas. Una a nombre de las hijas de ella y otra a medias entre ella y el empleado de ordenanza. Una de ellas resultó la ganadora.
La misma abogada comentó a los pocos días que ella y Martí decidieron repartirse el premio, por lo cual cada uno se llevó cerca de 15 millones de pesos.
La fiesta de celebración del premio se llevó a cabo dos semanas después del sorteo. Tal como lo había prometido, Martí alquiló el salón, contrató el catering y una banda de música llamada La Kura, compró las bebidas y se dedicó a bailar y a cantar junto a sus amigos durante toda la noche.
“Siempre jugaba y les decía a mis amigos que iba a hacer esto si ganaba, así que ahora estoy cumpliendo. Yo sí cumplo”, dijo en su momento.
Incluso, durante la fiesta tomó el micrófono de la banda de cuarteto y les dedicó una frase emotiva a los casi 200 invitados que habían acudido al salón: “Espero que disfruten esto, que coman bien, que tomen bien y que bailen bien. Espero que se diviertan hasta que salga el sol y si falta algo, me avisan que lo mando a buscar de vuelta”, afirmó Martí en lo que se conoció como la “Quinifest”.