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‘Apocalipsis’ silencioso: la plaga que está matando a los anfibios de todo el mundo


Una plaga está arrasando con miles de animales de nuestro planeta. Convivimos a diario con ellos y son parte fundamental de nuestro ecosistema, pero sin que apenas podamso verlo hay algo que está acabando con todos ellos. Los anfibios se están muriendo a pasos agigantados en todo el planeta y todo apunta a que lo seguirán haciendo. ¿El culpable? Un hongo.

Así al menos lo asegura un nuevo estudio publicado en Science y en el cual se habla del efecto devastador del Batrachochytrium dendrobatidis, un patógeno originario de la península de Corea y que ha llegado a todo el mundo a través del comercio internacional sin que nadie supiese de su grandísimo poder de destrucción. La investigación cuantifica el número total de muertes de animales provocadas por este hongo y cifra la cantidad de especies que ya se ha llevado por delante en 500 especies de hasta 60 países.

«Todos sabíamos que la quitridiomicosis (la enfermedad que provoca este hongo) era terrible, pero no sabíamos los números exactos», explica Ben Scheele, líder del estudio y ecologista especializado de la Universidad Nacional de Australia. «Nuestro documento cuantifica el impacto, además de definir el cuándo y el dónde».

Según la investigación, el hongo se ha extendido a través del comercio internacional de mascotas, a partir de principios del siglo XX. La propagación de las esporas también coincide con el crecimiento del comercio mundial: algunas ranas enfermas viajaron en entre continentes a bordo de barcos mercantes.

La piel delgada y húmeda de los anfibios, a través de la cual respiran y absorben el agua, contiene queratina, una proteína que también tenemos en nuestro cabello y uñas. El hongo acuático quitrídico, que se propaga a través del contacto con la piel y el agua infectada, se come esta proteína. A medida que el hongo se propaga por la piel del animal, impide el transporte de electrolitos, que es clave para regular sus funciones corporales. Finalmente, la rana, el sapo o la salamandra infectada muere de un ataque al corazón.

Un gran número de ranas han sucumbido al hongo por lo menos desde la década de 1970, pero los científicos no lo identificaron hasta 1998. En 2007, los científicos ya empezaron a hablar de que la plaga llevaba años entre nosotros y estimaron que la infección había llegado ya a unas 200 especies de ranas.

Para este nuevo estudio, los científicos examinaron la bibliografía y las bases de datos y consultaron con expertos de todo el mundo, reuniendo y mapeando información sobre las disminuciones de población relacionadas con el quitridio. El objetivo es claro, comprobar hasta dónde llega esta amenaza que acerca a los anfibios a su apocalipsis y ver si es posible atajarla.

Según la investigación, en los últimos 50 años, la quitridiomicosis ha devastado 501 especies de anfibios. De estos, 90 se presumen extintos. Los sapos y las ranas de Centro y Sudamérica y Australia han sido los más afectados. En África los datos son menores que en el resto del mundo y en España se ha detectado en varios lagos pirenáicos. «Esto representa la mayor pérdida documentada de biodiversidad atribuible a un patógeno y coloca a B. dendrobatidis entre las especies invasoras más destructivas», escriben los autores en el nuevo estudio.

En comparación, los gatos amenazan a 430 especies, en su mayoría aves y pequeños mamíferos, y los roedores invasores amenazan a 420 especies. Las pérdidas de especies causadas por la quitridiomicosis son mucho mayores que otras enfermedades de la vida silvestre, como el síndrome de la nariz blanca en murciélagos o el Nilo occidental en aves.

En cuanto a cómo se puede erradicar este problema, lo cierto es que hay pocas expectativas. El único caso en el que se ha conseguido borrar de un espacio satisfactoriamente fue en 2015 en unas pequeñas masas de aguas aisladas que se estudiaron en Mallorca.