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Anticoncepción masculina: un nuevo método no hormonal podría estar listo en 2023


El ensayo realizado en 300 voluntarios alcanzó una eficacia del 97 por ciento. El costo es bajo, no es quirúrgico y podría ser reversible

En el 2023 podría estar lista una nueva alternativa entre los actuales métodos anticonceptivos para hombres. Además del condón y la vasectomía, la investigación sobre el primer anticonceptivo no hormonal para hombres desarrollada por el Instituto Indio de Tecnología puede habilitar una tercer vía que, según indicaron los estudios, presenta ventajas sustantivas respecto los otros métodos vigentes.

Por un lado, es económico, reversible y no quirúrgico. Al mismo tiempo, los efectos del anticonceptivo podrían prolongarse durante seis meses.

Al momento, en el país existen 9 métodos anticonceptivos autorizados en el país, 2 son de uso masculino y los 7 restante están a cargo de las mujeres y personas gestantes. Una proporción que nos lleva a pensar que está desequilibrada la responsabilidad anticonceptiva para evitar embarazos no deseados.

En qué consiste el nuevo método de anticoncepción masculina

El método en estudio se denomina Risug (inhibición reversible del esperma bajo control), y según indicaron los investigadores lograron completar con éxito una serie de ensayos realizados en 300 voluntarios, consiguiendo una eficacia del 97 por ciento. En la actualidad, aguardan la autorización del ente regulatorio indio para poder comenzar a pensar en la fabricación a escala industrial.

En los métodos no hormonal para hombres, a diferencia de las opciones hormonales anticonceptivas que se investigaron en el pasado y que fueron descartadas por efectos adversos, “en vez de realizar una vasectomía que implica cortar el vaso deferente, se suele realizar una oclusión, una obstrucción del vaso deferente con una sustancia que impide el transporte de los espermatozoides por el conducto”, explicó Patricia Cuaniscú, doctora en Ciencias Químicas e Investigadora del Conicet en el Instituto de Biología y Medicina Experimental en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

“El gel indio actúa precisamente de esta manera, obstruye la salida hacia el eyaculado y le daña la cabeza y la cola del espermatozoide”, agregó.

En el pasado, el desarrollo de una posible píldora anticonceptiva para hombres no logró avanzar porque, entre los estudios que se llegaron a realizar arrojaban posibles efectos adversos, entre ellos, aumentos en los niveles de colesterol, acné, posible aumento de peso y potenciaban el riesgo de enfermedades cardiacas. Efectos muy similares a los que produce la pastilla anticonceptiva femenina que desde que fue desarrollada en la década del 60, las mujeres utilizan para prevenir embarazos no deseados. En la actualidad, hay más de 200 millones de mujeres que emplean esta pastilla.

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Cómo funciona el método no hormonal para hombres

El gel empleado daña las colas de los espermatozoides evitando que puedan fertilizar el óvulo. La aplicación se realiza en pocos minutos y el efecto se revierte a partir de una inyección de agua y bicarbonato de sodio. Previamente a las dos inyecciones de la vacuna anticonceptiva, se administra un anestésico local en el escroto.

Como únicos efectos secundarios, durante los ensayos, los especialistas que lideran el estudio observaron inflamación escrotal y dolor en la ingle; daños que pueden durar un mes como máximo.

Responsabilidad anticonceptiva compartida

Si hacemos un recorrido histórico, es acertado decir que la cultura patriarcal mundial asume (en mayor o menor medida) que la responsabilidad del cuidado frente a la reproducción es de las mujeres y personas gestantes.

El año pasado, cuando Adam Watkins, profesor de biología reproductiva de la Universidad de Nottinghan. fue consultado por la BBC acerca de por qué consideraba que todavía no existen píldoras anticonceptivas masculinas, respondió: «La idea de crear un anticonceptivo masculino ha existido casi por tanto tiempo como el anticonceptivo femenino».

Sin embargo, afirmó que «por distintos motivos, se puso el peso del cuidado de la anticoncepción a las mujeres. Ellas han sido las que han asumido casi totalmente esa responsabilidad, lo que es un poco injusto».

En ese mismo diálogo, intervino Lisa Campo-Engelstein, doctora y directora del Instituto de Bioética y Humanidades de la Salud de la Universidad de Texas para alertar que no haya una píldora anticonceptiva masculina no se debe a que la ciencia no lo haya podido lograr.

«Es claro que la pastilla anticonceptiva masculina no existe no por un tema científico, sino por un tema de género, de normas sociales. Se le puso ese trabajo exclusivamente a la mujer», dijo en esa oportunidad, y agregó: «Actualmente, las mujeres soportan la mayor parte de las cargas financieras y de salud relacionadas con la anticoncepción. En general, los métodos femeninos tienden a ser más costosos que los masculinos porque la mayoría requieren al menos una visita al médico y algunos implican una receta o prescripción que hay que repetir periódicamente».

La experta también arrojó una reflexión que nos interpela: «Como cuestión de justicia social, debemos avanzar hacia una responsabilidad anticonceptiva compartida. Para hacerlo, necesitamos dedicar más recursos al desarrollo de métodos anticonceptivos para hombres”.

La puerta que habilita la aprobación del método no hormonal de anticoncepción masculina es, sin dudas, un punto a favor para promover una cultura del cuidado reproductivo un poco más equitativa.

 

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Opción quirúrgica: vasectomía y ligadura de trompas

Por su parte, Walter De Bonis, urólogo y consultor de la Sociedad Argentina de Urología, indicó que solamente en Canadá y Reino Unido las vasectomías son más frecuentes que la ligadura de trompas, mientras que en el resto del mundo se practican en un número muy inferior.

Y al mismo tiempo, destacó que la vasectomía, si bien es un método que se aprobó en 2006 en el país sigue siendo poco elegible pese a que la posibilidad de complicaciones y morbilidad que tienen son mucho menores que la de una ligadura de trompas.

En este sentido, Cuaniscú agregó que la vasectomía “es una operación que es reversible en solo el 50 por ciento de los casos. No puede considerarse un método anticonceptivo porque para serlo debe tener como característica inherente ser reversible, sino se lo considera una esterilización”.

En el país existe la ley 26.130 de Anticoncepción Quirúrgica, que establece que a partir de la mayoría de edad se puede acceder gratis y de manera autónoma a la anticoncepción quirúrgica (ligadura tubaria y vasectomía). El Código Civil reconoce que desde los 16 años se pueden tomar de manera autónoma todas las decisiones sobre el cuidado del propio cuerpo. Sólo es requisito dejar constancia por escrito de la decisión después de recibir información completa y comprensible.