Las emblemáticas marcas de jean Wrangler y Lee, pertenecientes a la compañía VF Corporación, anunciaron que dejarán sus negocios en Argentina, después de más de 50 años de comercializar sus productos en el mercado local.
Según dejaron trascender fuentes de la empresa, la casa matriz consideró que la región «no es prioridad para sus negocios», y que a mediados de este año dejarán de producir en el país afectada por la crisis cambiaria.
La compañía estaría buscando un licenciatario en el país para poder seguir operando, pero aún no lo logró objetivo, que sí pudo cumplir en Brasil y Chile, donde continuará operando.
«Las dos marcas se van porque no apareció un licenciatario. En caso de aparecer alguno las venderían, pero todavía no sucedió», señalaron desde la empresa.
Hasta el 2017, la compañía contaba con dos fábricas en el país, una situada en Aimogasta, en la provincia de La Rioja, que cerró a mediados del 2017, y otra en la localidad bonaerense de Benito Juárez, con más de 200 trabajadores, que cerraría a mediados de año.
La marca Wrangler, según el sitio oficial de la compañía, tiene 25 franquicias y 8 sucursales propias, mientras que Lee, que se había relanzado en el mercado local en 2014, tenía 7 franquicias y 2 locales propios.
La decisión de abandonar la producción en la Argentina habría sido tomada desde hace un mes por la casa matriz, y los vaivenes del tipo de cambio serían uno de los principales focos de conflicto para el negocio.
La industria textil atraviesa una crítica situación, con una brusca caída en las ventas y la producción, afectada por la devaluación.
La Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) informó que la producción de Hilados y tejidos cayó durante el año pasado un 7,8%, y la venta de indumentaria disminuyó en shoppings del Gran Buenos Aires 9,5% en noviembre, 10,8% en los supermercados, y 10,6% en los comercios minoristas.
Según un comunicado la cámara, esa contracción está fundamentalmente explicada por la fuerte caída del poder adquisitivo de la población e indicó que el sector perdió durante el año pasado alrededor de 3.000 puestos de trabajo.