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Rosh Hashaná

Año Nuevo judío: la relación con Dios y con los hombres


Por Emilia Ottogalli

Este domingo al anochecer, más específicamente cuando aparezcan las primeras estrellas y la luna nueva, se iniciará el Rosh Hashaná o Año Nuevo hebreo 5779. La comunidad judía vive una nueva celebración, que se extiende por dos días (9 y 11 de septiembre). CLG dialogó con el rabino Shlomo Tawil, quien explicó de qué se trata y qué actividades se realizan, pero también hizo especial énfasis en la importancia de la relación con Dios y con los hombres en el comienzo de este nuevo año.

«La comunidad judía en todo el mundo comienza su nuevo año: 5779. Se trata de la creación del mundo, más específicamente del ser humano. Como cuenta la biblia, Adán, el primer hombre, fue creado el sexto día de la creación. Para nosotros ese día es el nuevo año«, comenzó el rabino.

A su vez, aclaró que hay «mucho más» que festejo o comida durante este período: «Es un día de reflexión, de plegarias. Reflexionamos cuál es el objetivo de la creación del mundo y el ser humano. Dios lo creó para un objetivo y de alguna manera, cada año, Dios revé si quiere seguir creándolo, si tiene sentido la idea por la cual lo creó». A lo que agregó: «Eso es lo principal en la parte reflexiva. Tomamos decisiones para mejorar nuestra relación con Dios, que se traduce en las relaciones con todos los seres humanos«.

En este sentido, se refirió a algunos de los rituales que se llevan a cabo y manifestó que «religiosamente o litúrgicamente el momento más especial es cuando se cumple el precepto de escuchar los sonidos del shofar. Es un estilo de cuerno de carnero que se sopla y sale un sonido. Es un instrumento de viento antiguo». «Refleja el grito de lo más profundo del alma, en el que pedimos a Dios que nuevamente renueve su compromiso con el mundo, y que nosotros vamos a responderle con buenas acciones. Es un precepto positivo. Cada judío y judía debe asistir al templo para escuchar el sonido del shofar», profundizó. Este pedido, de acuerdo a lo que explicó, se hace tanto el lunes como el martes.

Hablando de la parte culinaria, destacó cuáles son los propósitos de los alimentos que se ingieren en los momentos determinados. «Dentro de la cena de la primera noche, se sumerge el pan en la miel y se come un trozo de manzana de miel, pidiendo a Dios que sea un año bueno y dulce. No solamente bueno, pueden pasar cosas que a la vista del hombre son malas pero en realidad no lo son porque todo lo que viene de Él es bueno. Le pedimos que sea dulce, que queremos ver buenas a nuestros ojos las cosas que pasan», ejemplificó.

Para finalizar, el rabino realizó una reflexión sobre lo que significa este momento: «Es un llamado a toda la comunidad, a Rosario, la población mundial, en la que debemos saber que a partir del domingo a la noche/lunes comienza un nuevo año. Es un nuevo año que fluye de Dios con nuevas energías; pero depende del comportamiento humano, de si actuamos civilizadamente y de si cumplimos con nuestros deberes hacia Dios y los seres humanos, para que esa bendición divina se vea reflejada en el mundo con cosas buenas. Depende de nuestro comportamiento. Si lo hacemos como corresponde, ética y moralmente, vamos a tener una vida con más sentido y contenido. Si nos dejamos llevar por pasiones y por aspectos negativos de la sociedad, comprometemos ese flujo divino y las cosas no salen siempre como uno quisiera».