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#Entrevista CLG

Andrea Prodan: «Esto no es un homenaje, Bowie es un entusiasmo»


Por Mario Luzuriaga

A 50 años de la edición de «Space Oddity», mítico álbum de David Bowie, un homenaje de Andrea Prodan, Alejandro y Diego Kurz, Martín Luchina, Daniel Digon y Guido Pérez Fantini.

El concierto nació como una “carta de amor” a David Bowie: más que un homenaje, un agradecimiento lleno de pasión.

“La obra de David Bowie es tan variada, tan desbordante de búsqueda, tan vanguardista, que merece ser representada con todo el entusiasmo y la intensidad que los verdaderos ‘fans’ han siempre valorado y amado.” dice Prodan.

El concierto es este domingo en el Centro Cultural del Parque España y Prodan dialogó con CLG, acerca de este homenaje al gran músico británico.

Hacer un homenaje a Bowie en el marco de los cincuenta años de la llegada al hombre a la luna, coincide también con el cincuenta aniversario de su disco «Space Oddity» Es una linda locura el recital que vas a dar en Rosario.

—Es una locura porque tampoco fue craneado, manipulado ni planeado, se dio por una serie de casualidades que empezaron con el show del ex guitarrista de «Talking Heads». Yo de casualidad fui a Buenos Aires y vi el afichito que era una cosa bastante insulsa, y fui a ver a el show y me voló la peluca (risas). Fue tan groso que creo que cuando se prendieron las luces después del show, la gente que quedó adentro quedaron hablando sobre el mismo. Fue un impacto muy fuerte para mi, esto fue hace cinco meses. Y volví a mi casita tras las sierras en Córdoba y quedé como un pendejo boludo de 16 años que  vio su primer show groso de su vida. Algo me dijo que «loco esta música es demasiado buena», ahí no estaba Bowie y fue tremendo el espectáculo. Me acordé de los hermanos Kurz que yo conocí hace años, más allá de «Bordo», los conocí en una sala tocando canciones de Bowie. Eran tan buenos, tocaban con tanta onda, muy británico con un sonido muy seco.

—¿Te remitió a tus años de juventud ese sonido que tuvieron los chicos?

—Exacto y me confesaron su amor por el rock Inglés, a ellos les gusta los Who. Yo crecí con Bowie porque era más grande que yo. Mi hermano Luca estaba en la misma edad que Bowie y fuimos dos amantes de su música. El peor show que vi en mi vida fue del propio Bowie. Lo vi en Roma, en la cancha, cuando hizo «Glass spider tour» en el que lanzó su disco «Never let me down» y no me movió un pelo. Me pareció un despliegue enorme sin sentido, me fui muy decepcionado; pero después el tipo volvió a las grandes ligas cuando sacó otras joyas. Esto no es un homenaje, ni un tributo, es un entusiasmo Bowie.

—Lo bueno de todo esto es que vas a estrenar este show en Rosario.

—Rosario es increíble porque metió la pata cuando se iba a cerrar la puerta. Nosotros lo íbamos a hacer solo en Buenos Aires ahora para el 20 de julio, pero nos llamaron de Rosario y nos pareció buenísimo hacerlo en este marco. Amo Rosario, cada vez que voy me pasan cosas lindas y descubro nuevas cosas cada vez que voy. Es una experiencia más y me encanta todo esto.

—¿Te llevó mucho tiempo armar todo este repertorio?

—Yo pensé que iba a ser una historia larga, pero lo increíble es que los hermanos Kurz, al tener este apellido muy alemán, son unos organizadores tremendos y tienen mucha capacidad técnica. Ellos comprendieron el hecho de que yo vivo tras las sierras, tengo mi familia allá y tengo un estilo de vida muy recluido, iba a ser muy difícil tener mucho tiempo todos juntos para armar todo esto. Yo les mandé la lista de los primeros temas de los que me hubieran encantado tocar. Ellos empezaron a ensayar y después elegimos los otros músicos, yo fui a Buenos Aires específicamente para los ensayos particulares y pude conocer a todos. Me dieron las llaves de un Rolls Royce musical de la puta madre, para mi es como manejar un avión, es maravilloso.

—Qué mejor escuchar temas de Bowie en este evento tan especial.

—Yo no quiero pegar de arrogante, pero cuando te metes a cantar Bowie me dijeron que estaba re loco. Debo decir que hice un salto de fe, porque debí comprender cada canción, porque el las trata como si fueran obras de cine o de teatro y eso fue muy interesante. Cuando te pones a analizar todo entendés su teatralidad y no sos un mero oyente. Primero tuve que comprender la música y después a la persona porque de alguna manera y con algún paralelismo, soy actor y músico, me hizo sentir más a fin a él. Me siento más cómodo cantando Bowie que a Luca, era demasiado cercano a mí para poder estar cómodo. Era tenerlo pegado, en cambio con Bowie lo pude mirar un poco más de lejos.

—Luca también tenía esa personalidad extravagante como Bowie, cuando estaba arriba del escenario. 

—Yo creo que los ingleses encaran el rock desde el hecho actoral, porque son una nación que tienen que ver con el teatro y el respeto por el escenario como lugar mágico que tenés que usar. No es que te subis y chau, como si fuera un ensayo con un público mirando. En este sentido Bowie sabía lo que hacía arriba del escenario, es una magia también. Luca también lo hacía aunque Bowie trabajó más el elemento poético y utilizó su belleza y su estilo. Luca, en ese sentido, fue hasta más crudo y más real, porque podía contar con sus entrañas para transmitir. Yo no voy por uno ni por el otro lado, de alguna manera me gusta la estética de Bowie pero tampoco hay que hacerse el payasito que lo copia; tampoco quiero hacerme el popular o el reventado como Luca, porque eso es una cosa que él sentía muy personal. Esto es «Bowie Remembered», porque en el juego de palabras del nombre de la banda, que no es solo que estamos recordando a la banda por «remembered», que significa recordado en Inglés, sino que es «re-member»,que tiene nuevos miembros.

—¿Cuál es la etapa que más que te acerca a Bowie?

—Yo me consideraba muy fan de él y muy conocedor, pero es muy interesante porque me di cuenta que hay discos que perdí de su repertorio. Y al descubrirlos me enamoré mucho más de él y hacemos un montón de temas de este grande.