Michele Köbke, una alemana de 30 años, mantiene una relación con un Boeing 737-800 desde hace cinco años. La mujer sostiene que es el amor de su vida y asegura tener una «pareja» muy «atractiva, sexy, bellamente construida y elegante«.
«Tenemos noches relajantes juntos y, cuando nos acostamos, nos acurrucamos y nos dormimos juntos», manifestó junto a «Querido«, nombre que le puso al avión de pasajeros. A diferencia de sus otras relaciones amorosas, Michele no puede pasar tiempo de calidad con su novio: “Una relación con un avión no es fácil y a veces es difícil«.
La oriunda de Berlín sueña casarse con «Querido». Este sentimiento se conoce como objectofilia, definida como atracción sexual o romántica por un objeto inanimado. Sin embargo, la europea no encuentra diferencia entre el avión y los humanos: “Es como una relación normal, tenemos noches relajantes juntos y cuando nos acostamos, nos acurrucamos y nos dormimos juntos“.
Aunque aclaró: “Solo puedo acercarme a él cuando vuelo con él o cuando puedo llegar a él, lo que solo ocurrió una vez en mi vida”, deslizó.
Aún así, utilizó su ingenio para intentar estar lo mas unida posible al Boeing: “Tengo un gran modelo de él hecho de fibra de vidrio, así como componentes reales de él para poder representar mi amor hasta cierto punto”.