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Amor peludo: una joven emprendedora informa y da tránsito a «exóticos»


Fotos: Adoptá un exótico (Facebook)

CLG habló con Mayra, la impulsora del proyecto "Adoptá un exótico", que comenzó en Rosario. Tiene distintas especies de roedores, como cobayos y hámsters

Para quien navegue las redes sociales, es más que común encontrarse con páginas en donde se dan en adopción perros o gatos rescatados y crías de mascotas hogareñas que las personas no pueden cuidar y para las que deciden hallar un hogar adecuado. Sin embargo, hace algunos años, también pueden dar en la web con sitios que buscan familias para animalitos “exóticos” en la ciudad. Se trata mayormente de diversas especies de roedores, desde los más comunes como hámsters y cobayos, hasta erizos, chinchillas o gerbos. En Rosario, una joven emprendedora, rescatista y amante de los animales, es quien lleva adelante, casi sola, la enorme tarea de darles tránsito y encontrarles casa.

Adopta un exótico y Hámsters Argentina fueron las dos páginas creadas en la red social Facebook por Mayra, una chica de 22 años, que ocupa la mayor parte de su tiempo libre en esta tarea. Durante mucho tiempo, se encargó de todo sola, llegó a tener treinta animalitos en tránsito en su propia casa. Pero en un momento de desborde y estrés, comenzó a formar redes con personas de Buenos Aires y Rosario para trabajar conjuntamente. Mientras cuenta a Con la Gente cómo inició con el proyecto y cómo lo sostiene, se escucha a su perro seguirla por la casa. “Yo soy la cara visible del proyecto. Vivo en pareja, trabajo en un call center y tengo mis animales: un perro, dos cobayos y un hámster”, relata a modo de presentación. La joven explica que, tanto en su vida como en el proyecto de “Adoptá un exótico”, están absolutamente en contra de la compra de animales.

Mayra agrega que “todo empezó cuando tenía 18 años, recién salía de la escuela y empecé a tener estos animales”. Los primeros exóticos que tuvo fueron dos cobayos que estaban en la casa de la mujer con la que trabajaba. Eran un macho y una hembra, por lo que intentando evitar que se reprodujeran dio a uno en adopción. “Investigando me entero que son animales que viven en grupos, entonces busqué adoptar otra vez”, recordó sobre los inicios del proyecto que se fue haciendo cada vez más grande, hasta llegar a tener casi tres mil seguidores en cada una de las páginas.

A partir de su interés y emprendimiento, se fue corriendo la voz de que Mayra era quien se encargaba de dar tránsito y ubicar a cobayos, hámsters y otros roedores. Incluso ha llegado a cuidar de conejos, reptiles y peces. “El bicho que sea, yo me informo y ayudo. El 90 por ciento, sin embargo, va por el lado de los peludos”, comentó a CLG.

Adopción informada y responsable

“Realmente, en cualquier lado que ponían un cobayito o un hámster me etiquetaban. Fui haciendo esto durante año, año y medio… Llegué a tener 30 cobayos, a veces los tenía yo en mi casa en tránsito, me donaban jaulitas o compraba. Empecé a investigar y pedir cosas en particular. Investigué cuánto tenía que medir su zona para que vivan bien, qué comían, empecé a hablar con veterinarios de exóticos para que me digan más o menos qué enfermedades podían tener, cada cuánto se hacía una consulta veterinaria. Así fui especializándome. Yo era para todo el mundo la loca de los cobayos”, narró Mayra.

No pasó mucho tiempo para que, sin dejar atrás ese mote, también empezara a interesarse en el rescate y cuidado de hámsters. Como no existía ningún grupo en el país donde la gente compartiera información sobre la especie y sus cuidados, Mayra lo creó: “Hámsters Argentina”. Tal como le pasaba con los cobayos, se dio cuenta de la desinformación sobre el tema. “Los hámsters son solitarios, porque son muy violentos, se llegan a matar, son muy territoriales”, explicó. Por eso, intentó brindar información certera sobre sus cuidados y alimentación.

Trabajo en red

A partir de “Hámsters Argentina” se sumaron varias chicas de Buenos Aires a intentar abarcar las adopciones, comenzaron a ir a ferias para juntar dinero, vendiendo alimentos e insumos para los roedores. “Cosas que sirvan para su salud y nos ayuden a recaudar fondos para costear veterinarios, alimentación”, detalló Mayra. Y añadió: “Llegué a tener en mi casa 20 animales en tránsito. No les podía decir que no porque sabía que esos animales iban a parar a un lugar peor. Es recibirlos, tenerlos en tránsito y después publicarlos en adopción y darles opciones a la gente, la información necesaria para que la gente no crea que es tener un animalito, ponerlo en una jaula y listo”.

En este sentido, la joven cuenta que hay “mucha gente que escribe, pero otra se tira para atrás, porque piensa que son muchos los requisitos. Yo les explico de lo malo que es comprar, porque los criaderos los reproducen hasta la muerte, están estresados, se pelean”.

Recientemente, además, se sumó una chica en Victoria que colabora mucho con las adopciones y la información a quienes la solicitan. “Yo estoy sola, me di cuenta que sola no podía. Varias chicas de acá de Rosario que eran adoptantes de confianza, me están ayudando con tránsitos. Compré varias jaulas, muchas son donadas. Algunas personas me dan plata, eso lo uso para el veterinario. Vendo cosas para sustentar los gastos”, especificó Mayra, al tiempo que aclaró que no recibe ayuda estatal, ni de ninguna organización. “Tenemos apoyo de la gente que se copa y ayuda. Ahora pusimos para hacer como un débito automático mensual”, dijo.

Para concluir, recordó el lema principal de Adoptá un exótico: “Estamos en contra de reproducción, venta y compra, necesitamos meterle eso en la cabeza a la gente. Por suerte, los adoptantes cambian la cabeza radicalmente cuando les explicamos todo y cuando adoptan el primer animal”.

“Ambas iniciativas las inicié yo y las seguí mucho tiempo sola. Ahora por suerte tengo una banda de ayuda, sobre todo con información. Tengo chicas que se recontra encargan y me ayudan con todo. Era re necesario que pase esto”, analizó. Y finalizó: “No tenía idea que había tantos animalitos en adopción que no sean perros y gatos. Y sí hay, un montón”.