Se trataría de bombas de racimo, vedadas desde 2010 por una convención internacional
Bombas de racimo, prohibidas desde 2010 por una convención internacional, fueron utilizadas en Stepanakert, capital de los independentistas armenios de Nagorno Karabaj sometida a intensos bombardeos azerbaiyanos en los últimos días, de acuerdo a la denuncia que realizó en las últimas horas Amnistía Internacional.
La ONG «corroboró» informaciones sobre el uso de esas armas, lo que ya fue denunciado por videos publicados por fuentes armenias durante el fin de semana. Los expertos de Amnistía «pudieron localizar las zonas residenciales de Stepanakert donde fueron filmadas las imágenes, e identificó bombas de racimo M095 DPICM de fabricación israelí, que parecen haber sido lanzadas por las fuerzas azerbaiyanas», según el comunicado.
Israel es uno de los grandes proveedores de armas a Azerbaiyán, informó la agencia de noticias AFP. «La utilización de bombas de racimo es prohibida en todas las circunstancias por la ley humanitaria internacional», recordó Denis Krivosheev, director para Europa del Este y Asia central en Amnistía, citado en un comunicado de la ONG. «El despliegue de estas armas que golpean de manera indiscriminada en zonas residenciales es absolutamente terrorífica e inaceptable», agregó.
The protection of civilians caught in the escalating conflict between #Armenia and #Azerbaijan over the Nagorno-Karabakh region must be prioritized. https://t.co/oPBVZ8o1oS
— Amnesty International (@amnesty) October 5, 2020
Amnistía International «pide a todas las partes en conflicto respetar el derecho humanitario internacional y proteger a los civiles». La región de Nagorno Karabaj, poblada principalmente por armenios, declaró su secesión de Azerbaiyán después de la caída de la Unión Soviética, lo que llevó a una guerra a principios de los años 1990 que se cobró 30.000 vidas.
Ambas partes se culpan mutuamente de la reanudación de las hostilidades hace diez días, en una de las crisis más graves, si no la más, desde el alto el fuego de 1994, que hace temer una guerra abierta entre estos dos países. La escalada del conflicto podría tener consecuencias impredecibles porque hay varias potencias con intereses en la región: Rusia, el árbitro regional tradicional, Turquía, aliada con Azerbaiyán, e Irán.