Se trata de un "tipo de calvicie” que, si bien no tiene cura, es posible controlar
Se trata de un «tipo de calvicie” que, si bien no tiene cura, es posible controlar
La alopecia es una pérdida anormal del cabello, que puede estar desencadenada por diversos factores como el adelgazamiento capilar. La alopecia androgénica, por su parte, tiene lugar cuando esos cambios están determinados genéticamente y con la influencia de algunas hormonas.
Aunque reciba el nombre de alopecia androgénica, este tipo de calvicie afecta tanto a hombres como a mujeres. No obedece a una enfermedad o algún otro trastorno, sino que está determinada sobre todo por los factores hereditarios.
Es normal que, a diario, se pierda cabello, ya que este siempre está en constante renovación. Lo habitual es que se caigan entre 50 y 100 cabellos diarios. Cuando la pérdida supera ese número, se habla de un proceso de alopecia. Con el tiempo, puede llevar a la calvicie total.
La alopecia androgénica es la forma de calvicie más común entre la población masculina. Como lo señalábamos antes, también puede afectar a la mujer. De hecho, algunos primates, como los chimpancés y los orangutanes, también sufren este tipo de calvicie. Se cree que llega a afectar a alrededor del 60% de los hombres, a lo largo de su vida, y probablemente a un 25% de las mujeres.
Lo que la distingue de otras formas de alopecia es su causa. La pérdida de cabello está determinada genéticamente y en ese proceso influyen las hormonas masculinas o andrógenos. Aproximadamente el 80 % de los hombres tienen algún grado de esta calvicie, después de los 70 años.
Causas
La alopecia androgénica en los hombres se debe a causas genéticas y hormonales. Sin embargo, también se dan casos en los que se produce sin que existan antecedentes familiares de este problema. En los varones, la coronilla y la zona frontal superior son más sensibles a la acción de las hormonas masculinas (andrógenos) en los folículos pilosos.
Los andrógenos hacen que los folículos pilosos se vayan haciendo cada vez más pequeños. Si no se tratan, con el tiempo desaparecen. Lo más común es que los primeros síntomas de calvicie aparezcan tempranamente, entre los 20 y 25 años, en los hombres.
En el caso de la alopecia androgénica femenina, también está el factor genético y otros factores concomitantes. En algunos casos, el proceso es similar al que se da en los varones. Si el aumento de andrógenos tiene lugar antes de la menopausia, se define como precoz. Si se da luego de la menopausia, se denomina “tardío”.
En otros casos, este tipo de alopecía en las mujeres puede estar asociado a otros factores como deficiencia de hierro y de vitaminas, trastornos hormonales, anorexia nerviosa, tumores ováricos o suprarrenales y otras enfermedades.
Síntomas
El síntoma típico en la alopecia androgénica masculina es la aparición de pequeñas zonas sin cabello, en especial en la frente y en la coronilla. Al principio, esto solo se nota cuando el cabello está mojado o la cabeza está debajo de una luz intensa. Hay siete grados de este tipo de alopecia, pero no todos los hombres alcanzan el máximo nivel.
En las mujeres, la zona sin cabello es más notoria en región parietal, más exactamente en la raya que divide el cabello en dos por la mitad. Dicha raya se va ensanchando poco a poco. Según la escala que se tome, esta alopecia tiene tres o cinco grados de avance. Si no se trata, puede llevar a la calvicie total.
Tratamientos
En la actualidad, hay muchos tratamientos disponibles para la alopecia androgénica. Sin embargo, ninguno de ellos cura el problema para siempre y todos ofrecen resultados solo a largo plazo. En muchos casos, es necesario mantener el tratamiento de por vida. El objetivo inicial es frenar el proceso y luego aumentar la densidad capilar o engrosar el cabello.
Dependiendo de cada caso, se emplean diferentes tipos de tratamiento. Este puede ser farmacológico, con dutasterida o finasterida. También se emplea un tratamiento tópico con Minoxidil o microinyecciones de dutasterida. Asimismo, a veces,se hace un tratamiento con plasma rico en plaquetas, láser de baja potencia, microneedling o análogos de prostaglandinas.
En algunas ocasiones lo más recomendable es hacer un trasplante capilar, el cual consiste en una cirugía mínimamente invasiva y con muy buenos resultados. En el caso de los mujeres se emplean los mismos tratamientos, pero lo indicado farmacológicamente es el uso de antiandrógenos.
Fuente: Mejorconsalud