En paralelo, también se hacen inspecciones en oficinas de organismos nacionales
Este jueves, Gendarmería Nacional realizó un operativo en el despacho del juez federal Marcelo Bailaque, ubicado en el edificio de la Justicia federal en bulevar Oroño al 700 de Rosario. Durante el procedimiento, se incautó su teléfono y el celular de uno de sus secretarios, en el marco de una investigación por presuntos delitos tributarios, impulsada por la Procelac y la Procunar junto al Ministerio Público Fiscal del distrito Rosario.

Además del despacho de Bailaque, las inspecciones se extendieron a oficinas de la ex Afip y Aduana, ahora reconvertidas bajo el nombre Arca, donde se secuestraron teléfonos de personal de alta jerarquía, así como a un estudio jurídico posiblemente vinculado al caso.
El juez Bailaque había sido cuestionado anteriormente por su relación profesional con Gabriel Mizzau, un contador que también manejaba los números de empresas vinculadas a Esteban Lindor Alvarado, un reconocido jefe narco. Mizzau fue su contador, y su hijo trabajó en el juzgado de Bailaque hasta hace unos meses, antes de pasar al Tribunal Oral Federal Nº 3.

El caso avanza en medio de un creciente escrutinio hacia el sistema judicial y las relaciones que podrían influir en procesos sensibles en Rosario, una ciudad atravesada por problemáticas de criminalidad y narcotráfico.