Por Mario Luzuriaga
La sexualidad suele ser un tema tabú y pocos se atreven de hablar sobre eso de forma abierta. La sexóloga y presentadora de televisión puertoriqueña, Alessandra Rampolla, fue capaz de hablar de este tema con total libertad y despertó la curiosidad y las dudas en el público argentino.
Educada en importantes centros de estudios en Estados Unidos, es furor en todos los lugares que se presenta de Latinoamérica.
En esta ocasión regresa nuevamente a Rosario junto al humorista Jey Mammon, para presentar su espectáculo «Alessandra & Estelita», este sábado en el teatro Mateo Booz. Antes de su show, la sexóloga dialogó en exclusiva con CLG.
—¿Cómo se relaciona el sexo con el humor?
—Tiene todo que ver. Recuerda que el humor lo utilizamos para los temas difíciles y llegar a los puntos en común en situaciones que pueden ser incómodas. El sexo resulta a veces incómodo para algunas personas, más allá de que la pueden pasar muy bien. Es un tema tabú, que todavía, si bien hemos avanzado muchísimo, no es un tema que es natural, y libremente la gente aborda en sus vidas. Entonces hay muchos puntos en común de sentirnos raritos con eso, y el humor como que rompe esa cosa rígida. Es como los nenes que piden ir al baño y se mueren de la risa. Sigue siendo un tema tabú, pero que hay mucho interés a la misma vez. Para mí siempre es un recurso interesante porque es un punto de encuentro. Los seres humanos manejamos el humor y cuando estamos más relajados podemos digerir otros temas. Siempre tiro un chiste tonto, pero es parte de mi personalidad.
—¿Vamos a ver tu faceta de comediante también?
—Yo comediante no soy, no es mi fuerte (risas). Tengo una contraparte que tiene un montón de licencias para ir a lugares que Alessandra Rampolla no puede ir (risas). Pero son lugares muy habituales que va la gente. Entonces me parece que para mí como sexóloga, porque más allá que amo a Jey Mammon y lo que hace, por su puesto le metí cabeza a esto y si ayuda o no ayuda al show. Al final terminamos abriendo el espectro mucho más, a que otras personas también se acercan porque es una propuesta humorística. La verdad es que, en lo que estamos presentando. hay una cuota de contenido y le ponemos un poco de azúcar para que la disfruten.
—¿Notas que los argentinos son pacatos a la hora del sexo?
—Yo no siento que sean pacatos a la hora del sexo, siento que todavía no terminan de normalizar, pero a nivel de ideología, hay bastante evolución; sobretodo si hago una comparativa con otros países americanos. Yo creo que es un país que le gusta mucho el debate y sienten una necesidad que está buena, de intelectualizar un montón de cosas antes que las integren a sus vidas. Y creo que eso pasa con el sexo, yo rescato y celebro mucho el diálogo, la difusión y el manejo de temáticas. Ahí surgen un montón de cosas positivas en pro de la sexualidad, de la equidad, temas importantes para nuestra sociedad. Una cosa es entender, analizar y procesar con la cabeza; y otra muy diferente que es vivirla con cierta libertad. Es por eso que aquí todavía cuesta un poco vivir con una determinada libertad, porque hay mucho prejuicio. Mientras eso exista muchas personas van a estar prohibiéndose de ser libres por miedo al qué dirán.
—¿Recomendarías que las personas que estén parejas experimenten con otras personas?
—Está bueno que la gente tenga ganas de hacer y que tenga ganas de experimentar, tomando una decisión adulta, libre, personal e individual. Que no pase por una recomendación, tiene que haber libre albedrío en las personas. Yo no soy quién para decir si esto está bien o está mal. Yo puedo decir que la condición humana, esto es un interés habitual en un ser humano. La monogamia, por ejemplo, es una construcción social, y no es algo que naturalmente le nace al ser humano. Pero el tema de juicio y prejuicio siempre está presente en Argentina. Siempre apunto a que la gente debe expresarse libremente, de manera genuína. La experiencia de cada persona es individual, yo creo en la celebración de diversidad y de colores. Son decisiones individuales y cada uno tiene que hacerse cargo de las mismas.
—¿Recibís más consultas de parejas de años o de parejas jóvenes?
—Ess muy interesante esa pregunta porque mi público, hace muchos años sigue siendo el mismo. Mi temática le impacta a adolescente como a personas sexagenarias, septoagenarias o octogenarias. Yo tengo un público muy variado que dista de los medios de comunicación en los que participo. Me siguen muchos hombres porque la temática sexual femenina le interesa a muchos hombres, pero generalmente tengo un público bastante parejo, pero sí mayoritariamente mujeres. Las edades van desde los 18 a los 55 años ¡que es super amplio! (risas).
—Imagino que todos con problemas diferentes. ¿Cuáles son las preguntas más frecuentes?
—La disfunción eréctil es una de ellas. Está mal usar un fármaco que no está recetado por un profesional. La persona ve una dificultad y tiene que visitar a su médico y el con su recomendación aprobará o no, el uso de un fármaco. Hay un montón de efectos secundarios que produce la ingesta de la píldora, que la gente no conoce y puede correr el riesgo que algo malo le suceda. No solamente se produce fisiológicamente la disfunción, sino también se da la presión social que se le ejerce al hombre al decirle que debe tener una erección que le dure horas. Esa presión es también causal de que eso sucede y es por eso que hay que analizar caso por caso. Y se puede corregir sin el uso de esos medicamentos y hay que buscar otras opciones antes de usarlos.
—¿Y qué lo que más te consultan las mujeres?
—Las mujeres consultan muchísimo y algo que consultan es el tema de la regularidad orgásmica , que es un problema para muchas mujeres, como causa de la mala información tradicional y las inhibiciones típicas que tienen. El sexo no es sólo penetración entre pene y vagina, y que por lo tanto el placer de la mujer es por la vagina, entonces hace falta continuar con la educación en pro del clítoris, para que estemos todos enterados. Y del tema de la calidad sexual femenina pueda ser mejor. También preguntan sobre los momentos en los que están viviendo como el embarazo y post embarazo, menopausia, los hijos adolescentes, el marido que no hace caso, fantasías con personas del mismo sexo y algunas otras dificultades.
—¿Te divertís mucho al improvisar con Jey y se sorprenden la respuesta del público?
—Por supuesto, todos nos divertidos con las barbaridades que salen y el tono de cómo lo expresan (risas). La parte donde respondo las preguntas que son problemáticas, las respondo con seriedad. Yo manejo mi vocabulario y Estelita tiene uno diferente y por suerte al final llegamos a un mismo punto.
—¿Crees que debe haber educación sexual en las escuelas desde el inicio?
—Yo creo que debe estar esa educación desde las escuelas elementales (primarios), hasta escuelas superiores (secundarias). Me parece que tiene que estar en todos los niveles porque son inquietudes distintas. En las elementales hay inquietudes muy diferentes a cuando uno está en la adolescencia. Tiene que haber una educación sexual que tiene que verse desde lo anatómico, biológico, científico, físco, pero también psicológico, emocional y espiritual.
—El estrés que acarrean las personas por sus problemas laborales o personales, ¿son causales de la pérdida del deseo?
—Absolutamente. Es una de las causas principales por las que se pierde el deseo sexual, tanto en hombres como en mujeres. En el caso del hombre, específicamente, la causa principal de disfunciones sexuales en general, están ligadas al stress y la ansiedad. En cuanto a la vida que está pasando en tu hermoso país, al igual que en el mío, que la están pasando mal, cuando hay crisis, el primer lugar donde lo ve es la intimidad de las personas. Pero un gran antídoto ante eso es la actividad sexual. Si toman conciencia de que pueden usar sus cuerpos, sus endorfinas, sus hormonas, su amor y cariño por la pareja que tienen al lado, pueden combatirlo.