Mundo

Alemania y Francia denuncian a Rusia por el caso Navalny y piden sanciones


El pronunciamiento franco-germano se conoció luego de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas confirmara que el activista había sido envenenado con un agente neuro-tóxico

 

Alemania y Francia denunciaron hoy la «participación y responsabilidad» de Rusia en el envenenamiento con Novichok del opositor Alexey Navalny, acusación que el Gobierno de Moscú calificó de «inaceptable», y advirtieron que propondrían medidas concretas contra ese país.

El pronunciamiento franco-germano se conoció luego de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) confirmara que el activista había sido envenenado con un agente neuro-tóxico de ese tipo.

La advertencia de los ministros de Relaciones Exteriores, el alemán Heiko Maas y Jean-Yves Le Drian, de Francia, tiene lugar después de que la OPAQ informara que las muestras de sangre y orina que habían tomado de Navalny contenían un «inhibidor de la colinesteresa» similar a dos sustancias químicas del tipo Novichok, fabricadas con fines militares por Rusia desde la época de la URSS, y que fueron prohibidas por la organización en 2019.

Además, la organización se declaró dispuesta a enviar un grupo de expertos para investigar el incidente con el opositor ruso.

Para los cancilleres de Alemania y Francia, Rusia no ha dado hasta el momento una respuesta precisa.

«Ninguna explicación creíble ha sido proporcionada (por el momento) por Rusia», coincidieron los dos funcionarios en un comunicado, y sostuvieron que no encuentran otra explicación más que la «responsabilidad y participación rusa».

En ese sentido, presentarán a sus socios europeos propuestas de sanciones dirigidas a personas consideradas «responsables de este crimen y violación a las normas internacionales, a causa de sus funciones oficiales, y a una entidad involucrada en el programa Novichok», citó la agencia de noticias AFP.

Por su parte, Rusia calificó de «inaceptables» las acusaciones de Alemania y Francia, y declaró en un comunicado que «en lugar de cooperar como es de esperar con la Federación Rusa para aclarar las circunstancias de lo que sucedió con ese bloguero, los gobiernos alemán y francés han pasado a las amenazas y los intentos de chantaje en nuestra contra».

Más temprano, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, había expresado su buena voluntad para que los expertos de la OPAQ pudieran acceder en Rusia a todos los materiales que resulten necesarios para descubrir lo que ocurrió con Navalny,

El 20 de agosto pasado, Navalny se sintió mal durante un vuelo de la ciudad rusa de Tomsk a Moscú, lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en Omsk, Siberia, donde fue hospitalizado y puesto en coma inducido.

Los médicos rusos dijeron que había sufrido un trastorno metabólico provocado por una fuerte caída de la azúcar en sangre.

Dos días después fue trasladado al hospital Charité de Berlín en un avión, luego de que su esposa se reuniera con el presidente ruso, Vladimir Putin, para permitirle el traslado a Alemania.

El 24 de agosto, el hospital Charité informó que los datos del examen clínico apuntaban a un envenenamiento, aunque el agente concreto todavía quedaba por determinar.

Tres laboratorios europeos afirmaron después que había sido víctima de un envenenamiento con una sustancia neurotóxica de tipo Novichok, creada en la época soviética con fines militares.

La misma fue utilizada para envenenar en Londres en 2018 a Serguei Skripal, un exdoble agente ruso que trabajaba para los servicios secretos británicos, y a su hija Yulia. Ambos sobrevivieron a duras penas. El Reino Unido acusó a Rusia, pero Moscú lo negó.

Como en aquella ocasión con Skripal, varios países occidentales pidieron una investigación del caso de Navalny a Rusia, que rechaza cualquier vinculación con el presunto envenenamiento.

Recientemente, el Kremlin aseguró que era libre de volver a Rusia.