El director Alejandro Hartmann retrata la vida del ex basquetbolista cordobés, quien se reúne con sus compañeros de la "Generación Dorada". Dialogó con CLG sobre cómo fue filmar la película
Por Mario Luzuriaga
Los basquetbolistas están de suerte, ya que desde el entretenimiento ya sea por series o el cine los están retratando. En esta oportunidad el director Alejandro Hartmann presenta el lado desconocido de uno de los héroes de la «Generación Dorada»: Fabricio Raúl Jesús Oberto.
Aquí se conocerá su vida, sus preguntas y el hallazgo de algunas respuestas, como así también el reencuentro de esos jugadores que llevaron la bandera argentina a lo más alto del deporte mundial en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Alejandro Hartmann contó en una entrevista con CLG los pormenores de «Reset, volver a empezar», la película que se estrena este jueves a las 20 y repite el sábado 6 a las 20 en la plataforma Cine.Ar.
—¿Fue fácil «resetear» la vida de un grande del deporte?
—Fue un trabajo en conjunto con los productores que son Maxi Dubois y Fernando Collaso, que tenían en mente esta película y unieron fuerzas. Yo venía trabajando con Maxi haciendo una serie de básquet para DeporTv, y conocíamos a algunos de los jugadores de la «Generación Dorada». Entonces pensamos en algo sobre la «post-Generación Dorada» y ahí apareció la figura de Fabricio como un referente interesante para trabajar.
—¿Cómo fue trasladar la sensibilidad del jugador a la pantalla?
—Si bien a Fabricio lo vemos como un tipo duro, que los fans lo conocen como un guerrero en la cancha, la verdad que es un tipo extremadamente sensible, con un mundo interior muy grande. No lo pusimos, pero tiene un lado poético también porque él escribe, compone sus canciones; y era cuestión de ganar un poco de confianza para que ésto surgiera.
—¿Qué es lo que más te impactó de la personalidad de Fabricio?
—Creo que está contado en la película, que es esta imposibilidad por quedarse quieto, necesita tener un proyecto y llevarlo a cabo. La película fue uno más, porque lo que se va a ver es lo que él hace todo el tiempo, entonces tenía una agenda imposible y podemos ver eso que fue lo más interesante. Fueron como dos años largos de rodaje porque lo hacíamos esporádicamente por temas de horarios de Fabricio.
—¿Hay anécdoctas dentro y fuera de la cancha?
—Es un camino introspectivo de Fabricio, en donde hay una voz en off, que es la suya, donde se plantea lo que le pasa y sale a buscar qué es lo que quedó de sus ex compañeros. Pero también tenemos dos conflictos más, que son su retiro frustrado, mientras que Manu (Ginóbili) o el «Chapu» Nocioni pudieron retirarse con gloria, a él se le apagó la carrera de repente y ese es un tema que tiene. El otro es más explícito que es el futuro de una persona de 40 años jubilado; y además van a ver la reunión de este equipo que no se había juntado más.