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Albañil, verdulero, vendedor ambulante y graduado universitario


El bahiense Diego Taillade venció al abandono y se convirtió en el primer graduado de su familia

Diego Taillade recibió su título de Técnico en Sistemas Electrónicos Industriales Inteligentes en la Universidad Nacional del Sur. Lo logró tras un camino de casi ocho años, con tropiezos, dudas, y trabajos de todo tipo para sostenerse. “Soy la revancha de Villa Rosario y de toda la periferia golpeada, pero luchando”, escribió en sus redes sociales, donde su historia conmovió por la tenacidad con la que alcanzó la meta que parecía lejana.

Lo que empezó con un intento frustrado en 2016 para ingresar a la carrera de Ciencias de la Computación, terminó a fines de 2024 con su diploma en mano. En el medio, trabajó como mozo, verdulero, albañil, en seguridad privada, como lavacoches, delivery de comida y hasta vendiendo miel en la calle. “No tenía expectativas de nada”, reconoce Diego. “Y la primera vez que quise ingresar, me choqué con la matemática y quise abandonar”.

Sin embargo, el llamado de un amigo de la universidad lo hizo cambiar de idea. “Me dijo que no abandonara. Me ayudó, y en 2017 entré a la tecnicatura”, relató en una entrevista con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes. Esa carrera, que abrió justo ese año, fue su nuevo punto de partida.

Con 27 años, Diego es el primero de su familia en llegar a la universidad y graduarse. Tiene tres hermanos y una historia atravesada por la constancia y la humildad. Su madre, Rosa, trabaja como empleada doméstica. Su padre, Héctor, es pintor de obra. “Están felices. Les digo que disfruten, que tenemos buenas noticias en la familia”.

Actualmente, trabaja en una empresa de trenes. Si bien está agradecido por el trabajo, sueña con encontrar un empleo más vinculado a lo que estudió. “Está difícil, pero algo va a salir”, confía.

Para Diego, lo más importante no es el tiempo que llevó alcanzar el título, sino el camino recorrido. «No solamente por lo que ofrece una carrera, sino por lo que te transforma. Conocés otra gente, otras realidades, se te abren puertas», destaca.

Su historia representa a una generación de jóvenes que acceden por primera vez a la educación superior en Argentina, y que no siempre pueden dedicarse exclusivamente a estudiar. Aun así, persisten. “En cualquier situación, uno tiene que perseguir un sueño. La clave está en confiar en uno mismo. Eso fue lo que me llevó hasta donde estoy”.