Al menos catorce personas murieron este lunes en operaciones policiales y militares en Rio de Janeiro, ocho de ellas en favelas y seis en un suburbio de la ciudad, informaron la policía y la prensa.
El Comando Militar a cargo de la seguridad de la segunda mayor ciudad de Brasil confirmó que hubo ocho muertos en la operación que desplegó desde la madrugada en la favela de Complexo de Alemao y en el cercano barrio de Penha, en la violenta zona norte de Rio, «pudiendo haber más muertos».
Los militares, apoyados con vehículos blindados y aeronaves, desplegaron 4.200 soldados para combatir a los traficantes de estas regiones, con acciones secundarias en la favela de la Mare, todas ellas cercanas al aeropuerto internacional de Gaelao.
El comando contó también con la ayuda de 70 policías.
La misión de los uniformados era cercar las comunidades, quitar barricadas en las calles habitualmente colocadas por los traficantes, controlar vehículos y vecinos y atender denuncias, dijo el comando en un comunicado.
Posteriormente, la dependencia confirmó las ocho muertes, sin dar más detalles de sus circunstancias.
Entretanto, la estatal Agencia Brasil reportó que al menos seis personas fallecieron en Niteroi, en la zona metropolitana de Rio, durante una persecución de policías a presuntos bandidos.
Aparentemente, supuestos traficantes estaban regresando en dos carros de una fiesta en una de las favelas de la región, cuando decidieron robar un vehículo.
La policía los cercó con un carro blindado en uno de los accesos del puente que conecta Rio con Niteroi, donde hubo «un intenso tiroteo».
Cuatro de los presuntos bandidos murieron en el lugar y cinco quedaron heridos y fueron llevados al hospital, aunque dos no resistieron, según Agencia Brasil.
La violencia se desató en Rio de Janeiro después de los Juegos Olímpicos de 2016, con tiroteos constantes entre facciones rivales de narcotraficantes y choques entre éstos y la policía en las empobrecidas favelas.
El presidente conservador Michel Temer decretó la intervención militar del área de seguridad de Rio en febrero, pero según organizaciones no gubernamentales, los tiroteos aumentaron casi un 40% desde entonces, del mismo modo que la letalidad policial.