CLG viajó hasta una de las ciudades más golpeadas por las lluvias que siguen cayendo en el norte de la provincia. El dolor por perder todo en primera persona
Por Santiago Ceron y Gonzalo Santamaría (enviados especiales a Vera)
Dicen que después de la tormenta, siempre viene la calma. Una frase que el presidente Mauricio Macri suele repetir en varias ocasiones cuando habla de la economía del país. Pero justamente eso no es lo que está sucediendo por estos días en el norte de la provincia de Santa Fe. La lluvia no cesa desde el 20 de diciembre y cuando todo parece bajar, el agua vuelve a aparecer.
Vera es una ciudad del departamento homónimo ubicado en el norte de Santa Fe. Casi 20 mil habitantes pasan sus días en una de las ciudades que hoy se encuentra bajo agua en el Litoral.
Es 17 de enero de 2019 en la ciudad de Vera. Dos días atrás, sobre las calles caían 107 milímetros de agua. Entre zonas anegadas y vecinos evacuados de sus casas, las horas pasaban con tristeza y desolación. Un rato de sol el día miércoles dejó esperanzas de que todo se iba a solucionar, pero tras un poco de drenaje y de desagüe, lluvia otra vez.
Árboles caídos, niños sacando el agua de sus casas, casas con hasta medio metro de agua, muebles destrozados. Así está hoy la ciudad. Cualquier barrio que se nombre, en cualquier zona, se puede ver de la misma manera, sea Triángulo o el Cementerio.
Las sensaciones de los vecinos no son buenas, pero tampoco son desconocidas. Vivir bajo el agua no es algo inédito en Vera, es algo que se repite año tras año. Parece, dicen, que no hay solución, que no hay estructura que de a basto. ¿Acaso hay que acostumbrarse a perderlo todo, todos los años?