La lucha de diversas mujeres para ingresar a lugares que se consideraron, desde prácticamente siempre, exclusivos para hombres, es sinónimo de pelea. Pese a las adversidades que tuvo que afrontar, Agostina Bilotta es un ejemplo de ello. A sus 21 años, la rosarina es asistente técnica del equipo del boxeador Carlos Alanís.
En una entrevista a la Subsecretaría de Recreación y Deportes, remarcó cómo fue ese camino para ganar su espacio y romper las barreras creadas por estereotipos sociales y culturales en el boxeo.
“En las primeras peleas que fui se asombraban con la presencia de una mujer en un rincón. No es lo común y menos en rincones de hombres. Tuve experiencias en las que presencié el machismo con todo su fervor, pero por suerte siempre me respaldaron y nunca me dejaron sola”, indicó Bilotta. Y agregó: “Como hay gente machista también hay colegas como Carlos: él me tomó como su pupila y me enseñó todo lo que sé de boxeo”.
Con los puños alzados, con uñas pintadas de colores vibrantes, Agostina comentó que lo que más le apasiona de su profesión es el entrenamiento. «Por eso decidí estudiar Educación Física, además soy DT, ayudante técnica e instructora de boxeo”, afirmó.
“El ambiente del boxeo no es fácil, las boxeadoras no están en igualdad de condiciones ni en salario ni en derechos frente al púgil masculino, en Argentina y a nivel mundial. Pero como en el boxeo, esto no se acaba hasta el último round y la lucha recién comienza”, puntualizó.
Para Agostina el boxeo es mucho más que un deporte. «Es adrenalina, concentración, calma, amor y dedicación por lo que haces, es familia, es un estilo de vida. El boxeo te enseña a vivir, a no rendirse, a que si te caes te levantas, que no pierde el que se cae sino el que no se levanta. A luchar por tus sueños, te brinda seguridad y te enseña la responsabilidad. Hay un dicho que dice que el que se pone los guantes no se los saca más. Y así será”, concluyó.