Según especificó un informe, favorece la expansión de un hongo mortal
Estas tres especies, entre ellas el colorido atelopus chiriquiensis, que vivía en altitud en Costa Rica y Panamá pero que no fue visto desde 1996, entrarán, junto a otras 28 especies, en la categoría extinción de la «lista roja» de la UICN.
La lista roja incluye 128.918 especies de plantas y animales, entre ellas 35.765 que están en peligro de extinción.
«La lista de especies extintas que se alarga es un recordatorio brutal de que es urgente tomar más medidas para la conservación» de la naturaleza, destacó Bruno Oberlé, director general de la UICN, que agrupa a más de 1.400 organizaciones y gobiernos.
Otras 22 especies de anfibios que se encuentran en América Central y del Sur figuran en la lista de especies «gravemente amenazadas», la categoría que precede a la extinción, en la clasificación de la UICN a nivel internacional.
El responsable de la hecatombe, identificado hace tiempo, es un hongo que ataca la piel de las ranas, sapos y otros batracios, que termina matando a sus víctimas impidiéndoles respirar, informó la agencia de noticias AFP.
«Es una especie invasora que afecta a un gran número de anfibios en diferentes partes del mundo: Europa, América del Sur, Asia y África», comentó Craig Hilton Taylor, encargado de la elaboración de la lista roja en el seno de la organización.
«El cambio climático parece ayudar a la expansión del hongo y crear las condiciones para que prospere, y luego aniquile a las poblaciones de ranas», explica, hablando de una «enorme crisis» que afecta a los anfibios.
Otras especies amenazadas o extinguidas son las 17 de peces que habitan el lago Lanao, en Filipinas. Esta vez los culpables son dos tipos de peces depredadores, introducidos accidentalmente hace medio siglo.
En la actualidad, 15 de los peces autóctonos desaparecieron y otros dos están gravemente amenazados, e incluso pueden haber desaparecido.
Además, la sobrepesca, la contaminación y la deforestación han «modificado masivamente» el ecosistema del lago, subraya Hilton Taylor.
Entre estas especies amenazadas se encuentra también el delfín del Orinoco (sotalia fluviatilis). Este mamífero figura en la categoría de las especies en peligro porque su población es víctima de las redes de pesca, de las instalaciones de las represas y de la contaminación.
Para Hilton Taylor hay una nota positiva, ya que las autoridades de Perú, Ecuador, Colombia y Brasil se movilizan conjuntamente para salvar al delfín del Orinoco.
En la misma línea optimista, el bisonte de Europa acaba de pasar de la categoría «casi amenazada» a la categoría «vulnerable».
El mamífero más grande de Europa solo sobrevivió en cautiverio antes de ser reintroducido en la naturaleza en los años 50.
Hoy, los intensos esfuerzos han permitido pasar de una población de 1.800 cabezas, en 2003, a 6.200, en 2019, con 49 rebaños en libertad en el Viejo Continente.