Los talibanes reivindicaron este domingo un ataque con coche bomba contra un cuartel general provincial de la policía en el norte de Afganistán, que dejó al menos 13 muertos, según un nuevo balance de las autoridades.
El portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahid, indicó en Twitter que un «mártir» hizo estallar un vehículo blindado cargado de explosivos en el cuartel general de la policía, matando a «decenas de hombres armados», antes que «otros mártires fuertemente armados» ingresaran en el lugar.
El portavoz del ministerio de Interior, Nasrat Rahimi, indicó que 13 policías murieron en el ataque y que 35 resultaron heridos. Rahimi agregó en un comunicado que ocho atacantes murieron y que 20 civiles resultaron heridos. Faisal Sami, senador de la provincia de Baghlan, indicó por suparte que hubo 12 muertos y 60 heridos.
En las redes sociales se difundieron imágenes donde se veía una espesa columna de humo en el cielo de la capital provincial, Pul- i-Kumri, y continuaban los intercambios de disparos.
Este ataque se produjo dos días después que los talibanes rechazaran la propuesta de un cese al fuego del presidente Ashraf Ghani, durante el mes del Ramadán que empieza el lunes.
Estados Unidos indicó a través de su enviado para la paz en Afganistán, Zalmay Khalilad, que estaba «preparado» para ver «a todos los bandos deponer sus armas» en Afganistán».
Representantes de Estados Unidos y del movimiento de los talibanes afganos iniciaron el miércoles en Catar una nueva ronda de conversaciones de paz. Hasta el momento, el gobierno de Afganistán no ha sido invitado a esas conversaciones.
Estadounidenses y talibanes se han reunido en cinco oportunidades para discutir las bases para un eventual acuerdo de paz en Afganistán, en el que los insurgentes se comprometerían a no permitir que el territorio del país sea un santuario para terroristas. En contrapartida a este compromiso, se realizaría la salida de tropas extranjeras del territorio afgano.