El vicepresidente de la Fundación Museo Castagnino habló con CLG sobre los problemas edilicios del lugar. Aseguró que se debieron mover obras para no ser afectadas por goteras. Pese a esto, la Provincia canceló su remodelación
El Museo Castagnino, emplazado en Pellegrini y Oroño, atraviesa una situación edilicia crítica. Las últimas lluvias se filtraron por las paredes y las goteras son cada vez más recurrentes dentro del lugar, por lo que el personal tuvo que mover obras emblemáticas para que no se dañen. Pese al avanzado estado de deterioro, la Provincia canceló a fines del año pasado la remodelación del sitio. «La respuesta que nos dieron es triste: la cultura no es una prioridad en este momento», contó en diálogo con CLG el vicepresidente de la Fundación Museo Castagnino, José Gabriel Castagnino.
La situación que se da en el segundo museo más importante del país -le sigue al Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires- no es nueva. Desde hace tiempo el edificio se encuentra en un estado de abandono, sumado a que se construyó para albergar 400 obras de arte y hoy tiene casi 5.000, por lo que el espacio escasea y los cuadros se acumulan en los depósitos y en salas que eran para exposición, en condiciones inapropiadas para su conservación.
«El museo se creó en 1937 y ha tenido muy pocas reformas y ninguna ampliación. Por ende, es normal que presente fallas y déficit en su infraestructura», señaló José Gabriel Castagnino, quien confirmó que debieron mover obras para no ser alcanzadas por las goteras. «Los depósitos, que son el corazón del museo, están muy dañados, y si se deteriora una obra desaparece parte de nuestra historia», afirmó.
Ante este panorama, se había licitado una remodelación y ampliación que permitía mejorar la situación, pero la provincia decidió darla de baja: «Durante los últimos cuatro la Fundación se dedicó a acompañar al museo con un proyecto de ampliación, que lamentablemente se termina el 23 de diciembre con la recisión del contrato de la primera etapa, que es el vallado que hoy se ve en los alrededores. Si bien el museo es municipal, la obra, al ser tan grande, iba a ser llevada a cabo por la provincia», contó el hombre.
Al relatar los argumentos que les dieron, dijo: «La respuesta que recibimos es triste: la cultura no es una prioridad en este momento, tanto para la provincia como para el municipio. Por desgracia, después de tanto trabajo, volvemos al casillero cero», lamentó Castagnino.
«Nosotros entendemos la situación extremadamente delicada que atraviesa la Argentina, la región y el mundo por la pandemia, pero nuestro trabajo es preservar el patrimonio y defender la cultura más allá de la coyuntura», sostuvo Gabriel, y cerró al decir que seguirán luchando para intentar preservar uno de los polos culturales de la Rosario y la región.