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Advierten que «se apretó el botón verde, cuando la situación pedía el botón rojo»


Así lo aseguró el docente investigador de la UNR Jorge Kohen, en diálogo con CLG Radio. "La evolución de la enfermedad quedó librada a la responsabilidad individual", cuestionó

Actualmente en la comunidad científica rosarina y santafesina existe una gran preocupación por la situación sanitaria que atraviesa la provincia, especialmente la ciudad de Rosario. Infectólogos y epidemiólogos cuestionaron duramente la decisión de las carteras de Omar Perotti y Pablo Javkin de realizar una reapertura en numerosas actividades mientras el número de contagios diarios no desciende. En ese sentido, CLG dialogó con Jorge Kohen, docente investigador de la UNR y miembro de la Asociación Latino Americana de Medicina Social, quien aseguró que «la situación ameritaba apretar de manera inmediata el botón rojo, y no el botón verde como lo hicieron».

«Días atrás nosotros y un grupo importante de epidemiólogos encabezado por el doctor Mario Rovere estábamos pidiendo una campaña nacional de Botón Rojo de manera inmediata para cortar el descontrol absoluto que tiene en este momento la pandemia de covid-19 en la provincia de Santa Fe y lo grave que se está poniendo a nivel nacional», comenzó explicando, haciendo referencia a una nota periodística de su autoría titulada «Pedimos botón rojo y apretaron el verde».

«Lamentable y sorprendentemente, el gobernador y el intendente de Rosario anunciaron una liberación de mayor actividades económicas, recreativas y de todo tipo; con lo cual la evolución espontánea natural de la enfermedad queda librada exclusivamente a la responsabilidad individual y a la capacidad que tenga cada uno de poder autoaislarse, en el medio de una situación muy compleja donde una gran parte de la población no se está cuidando», aseveró el especialista, en declaraciones al programa CLG Radio que se mite por LT3.

Además, Kohen se refirió a la evolución de los números en la ciudad y la provincia: «Ver las cifras es realmente preocupante. Al 2 de septiembre teníamos en Rosario 4.586 personas infectadas y hasta ayer teníamos 19.012 personas. En 26 días hemos cuadriplicado el número de contagios. En la provincia sucede exactamente lo mismo: de 9.329 hemos pasado a 38.369 personas infectadas. Es sumamente preocupante que, de acuerdo al informe de la Municipalidad de Rosario, tengamos el 93% de las camas del sector público ocupadas. En una semana hemos pasado de 34% a 51% de las camas ocupadas en el sector crítico por covid-19».

Jorge Kohen

En ese marco, el docente de la UNR hizo mención a su difundida apreciación: «Desde todo punto de vista la situación es para aplicar de manera inmediata el botón rojo, y no el botón verde como lo hicieron. Además, no ayuda para nada las declaraciones de la propia ministra de Salud de la provincia que dijo la semana pasada que tuvo algunos problemas de garganta pero que siguió trabajando, y a los cinco días terminó internada por neumonía».

Por otra parte, fue consultado por el rol de los medios de comunicación y el efecto que se ha generado sobre la población rosarina y santafesina desde Buenos Aires: «La infodemia le ganó a la información saludable, la falta de información o la falsa información que termina subestimando o impulsando a la ruptura de la cuarentena».

Kohen retrocedió a los tiempos donde en Rosario los casos diarios se sumaban a cuentagotas y cuestionó la falta de controles sobre quienes ingresaban a la provincia desde otros puntos del país: «En Rosario tuvimos una cuarentena estricta hasta el 2 de mayo y teníamos excelentes resultados porque sólo teníamos 98 infectados en la ciudad y 3 muertos en toda la provincia. Cuando se abrieron todas las actividades económicas en Santa Fe no se controló el ingreso desde el Amba, Córdoba y el Chaco, y paulatinamente fuimos incrementando hasta llegar a 591 casos en Rosario el 1º de agosto».

«Luego vino ese desastre de las movilizaciones y la presión que ejercieron los medios de Buenos Aires planteando la cuarentena más larga del mundo y demás. Hoy tenemos un crecimiento exponencial que no para como consecuencia de que nunca más volvimos a una cuarentena estricta», añadió.

Por otro lado, al plantear alternativas, el especialista expresó: «Hay una propuesta muy interesante y que sí puede ser aplicada que es lo que se denomina Aislamiento Planificado Selectivo Intermitente, que es distinto a la cuarentena estricta. Siguiendo la evolución del virus, nos tenemos que ir anticipando y aislando en el momento oportuno y de manera planificada. Necesitamos cortar de cuajo la circulación viral durante 21 días y luego pasar a esta etapa de un aislamiento planificado en aquellos lugares que lo merezcan. Eso lograría bajar los niveles de contagio a finales de noviembre».

«La otra propuesta muy importante es aplicar lo que se hizo en Nueva Zelanda que son las burbujas. Crear pequeñas comunidades. Crear una burbuja en pequeñas localidades que permita la actividad con un control estricto de qué ingresa. Esto permitiría el bloqueo y el control de los contactos de los casos», agregó.

Por último, se mostró pesimista respecto al presente que atraviesa el sistema sanitario en la ciudad: «Vamos a llegar a una situación en la que no va a haber camas pero tampoco médicos ni enfermeros por dos razones: primero porque van a estar contagiados, y segundo porque no son escuchados en sus reclamos salariales y de condiciones de trabajo».