Los datos surgen del último informe de la Usina de Datos de la Universidad Nacional de Rosario
Desde la Usina de Datos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) advirtieron un preocupante aumento de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) durante marzo en la ciudad, y anunciaron la incorporación de un nuevo indicador para estimar de manera más precisa la línea de pobreza local.
La politóloga Paula Durán, coordinadora de la Usina, explicó que, en relación al seguimiento habitual de la CBA, sumaron ahora el costo de la Canasta Básica Total (CBT), una expansión metodológica que permite establecer la línea de pobreza en Rosario con mayor exactitud. “Se trata de hablar de las condiciones materiales de vida y del dinero que cada vez alcanza a menos familias para satisfacerlas”, señaló en diálogo con Radio UNR.
Durante marzo, la CBA registró un incremento del 5,8%, alcanzando una suba acumulada del 12,5% en lo que va del año y una variación interanual del 29,9%. Con la incorporación del nuevo índice, estimaron que un hogar compuesto por dos adultos y dos niños necesita cerca de 1.200.000 pesos mensuales para no ser considerado pobre. Solo en alimentos, la canasta alimentaria ya demanda alrededor de 460.000 pesos.
Durán advirtió que este umbral mínimo de ingresos «se elevó muy por encima de los salarios promedio», lo que está provocando “situaciones acuciantes de sobreempleo, con familias que deben sumar muchas más horas de trabajo o endeudarse para cubrir los gastos básicos”. Además, destacó que el crecimiento de los precios de alimentos frescos fue el principal impulsor del aumento de la canasta.
La investigadora también remarcó que “la estructura de organización de los hogares ha cambiado mucho”, y alertó sobre la creciente carga que enfrentan las familias para cubrir servicios que anteriormente ofrecía el Estado o prepagas. “El IPC necesita una actualización que contemple estos cambios en la estructura de gastos”, agregó.
La nueva metodología desarrollada por la Usina de Datos busca brindar una medición más ajustada a la realidad rosarina. A diferencia de los métodos tradicionales que aplican un único coeficiente, esta propuesta introduce coeficientes diferenciados según tipo de hogar, considerando cantidad de integrantes, tenencia de la vivienda y presencia de niños, niñas o adultos mayores. “Desde la Universidad tratamos de aportar nuestra mirada relativizando algunas cuestiones. No medimos inflación: hacemos seguimiento del costo mínimo de una canasta de alimentos”, aclaró Durán.
Con este aporte, la UNR busca ofrecer herramientas más precisas para comprender el impacto real de la crisis económica en Rosario y la región.
