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Adeir, un espacio de integración y capacitación que lleva 21 años ayudando desde la equitación


Equinoterapia: Matías con su familia y el kinesiólogo

CLG dialogó con Liliana Fornes, fundadora de la Asociación de Equitación Integral de Rosario, que desde el 2000 da clases de equitación, ofrece equinoterapia y brinda cursos de capacitación

Por Santiago Ceron

La Asociación de Equitación Integral de Rosario (Adeir) es una institución de vasta trayectoria que, como su nombre lo indica, tiene como objetivo la integración social a través de no sólo clases de equitación para todas las edades, sino también con equinoterapia para personas con discapacidad. Esta asociación civil sin fines de lucro fue fundada allá por el 2000 y a lo largo de estos 21 años fue declarada de interés municipal, provincial y de bien público. Hoy tiene su espacio en pleno Bosque de los Constituyentes y no dan abasto de la cantidad de niños, adolescentes y adultos que participan de las clases, además de los profesionales que van a capacitarse.

La tarea de Adeir

Según define la propia institución rosarina, mediante diferentes abordajes Adeir introduce al deporte hípico a personas con y sin discapacidad, iniciándolas en los aprendizajes dentro de la equitación. «Se trabaja desde las áreas psicológicas, pedagógicas y kinesiológicas en las que se utiliza al caballo y todo su entorno como herramienta de trabajo. El contacto con el caballo permite aumentar la motivación, estimular la afectividad, mejorar la atención y concentración, estimular la sensibilidad táctil, visual, auditiva y olfativa; ayudar al aprendizaje pautado de acciones y aumentar la capacidad de independencia», destacan.

El objetivo

«El objetivo de la institución es que personas con y sin discapacidad puedan compartir una clase de equitación donde el caballo es el vehículo integrador. La integración social se da naturalmente en la institución abriendo la posibilidad de nuevos aprendizajes y vínculos sociales que permiten complementar los objetivos del plan de actividades central de cada alumno», indican.

Liliana Fornes, fundadora de Adeir

CLG pudo dialogar con Liliana Fornes, fundadora y cabecilla de esta longeva asociación civil que lleva 21 años trabajando por la integración social a través de la equitación. Ella misma explicó de qué se trata la labor que realizan: «Adeir es una asociación civil sin findes de lucro. Somos pioneros en equinoterapia, somos la primera asociación de este tipo con personería jurídica en la provincia de Santa Fe. El objetivo fundamental de Adeir es integrar a las personas con y sin discapacidad a disfrutar de la monta, el cuidado y la responsabilidad del caballo».

Fornes cuenta que en el predio ubicado en el Bosque de los Constituyentes no sólo se dan clases y equinoterapia, sino que también se capacita a profesionales de la salud: «Hemos dado muchos cursos y ahora estamos dando otro que se inicia la semana que viene para capacitar a la mayor cantidad de personas que quieran colaborar con la equinoterapia. Generalmente, cuando monta un niño con discapacidad son varias las personas que se necesitan: dos a los costados del caballo y una cabestreando. De esas tres personas, hay una que es el terapeuta, que es el que va trabajando con el niño mientras disfruta del andar del caballo».

Además, la presidenta de la asociación civil contó que a lo largo de más de dos décadas han recibido un importante apoyo: «Siempre nos han ayudado mucho el Concejo y el gobierno de cada turno, siempre nos aportaron. También estamos muy agradecidos con Silvia Tróccoli que nos abrió las puertas del Batallón 121 que fue el motor y generador para lograr este espacio tan lindo».

Sobre el lugar donde desarrollan sus tareas, ubicado en Santa Coloma 8150, expresó: «Tenemos un predio hermoso con pista cubierta en donde los cambios del clima no nos perjudican en la actividad terapéutica, es muy raro que interrumpamos algún día. Salvo alguna situación de alerta, las clases las damos todo el año. Hay un equipo de salud muy grande y también tenemos voluntarios y profes de equitación».

Fornes asegura alegre que lo que buscaban cuando comenzaron este proyecto se cumplió: «Puedo decir como fundadora que el sueño está cumplido en el sentido de que no damos abasto con la cantidad de niños que vienen. El lugar es hermoso, los niños empiezan desde el año y medio gracias a que tenemos ponys. Hasta viene gente adulta a aprender a andar a caballo. Es muy lindo el ambiente que se genera porque las familias y las personas que no tienen un niño con discapacidad hacen un registro desde la alegría, se integran y se genera una energía muy positiva para poder cambiar estos conceptos tan antiguos de discriminación y de separación de la equinoterapia de la equitación».

«Los niños que no tienen discapacidad ven a un niño con discapacidad que monta solo a caballo y cuando van a la escuela lo ayudan de otra manera. Se va cambiando el concepto en la niñez y la juventud. Ese es uno de los objetivos fundamentales, abrir las cabezas y tratar de que cada uno con las dificultades que tengamos podamos aceptar al otro, algo muy difícil en estos días«, destaca.

Por otra parte, al ser consultada sobre los beneficios de la equinoterapia, explicó: «La marcha del caballo es igual a nuestro caminar. Lo que se investigó en un congreso de psicología muchos años atrás es que el niño siente ese placer arriba del caballo porque ya lo sintió cuando iba en el vientre de su mamá. Aquel niño que no camina o que no tiene un caminar ‘normal’, vuelve a sentir esa marcha con el caballo. Ese es uno de los puntos interesantes de la equinoterapia. El contacto corporal también es muy importante, el caballo tiene un grado de temperatura más que nosotros y eso le genera a los niños mucha calidez y relajación».

Si bien el gran objetivo de Adeir se cumple día a día, aún quedan batallas por dar: «En este momento estamos aguardando la Ley de Equinoterapia, que se aprobó en la provincia pero aún no se reglamentó. Les pedimos a todos los políticos que nos ayuden porque es muy importante para los niños. En Europa, Uruguay, Chile, Paraguay, Venezuela, Colombia, Brasil y en muchos otros países ya está aprobada, mientras tanto acá seguimos en la prehistoria tratando de que las obras sociales nos autoricen. Es muy triste porque los que se perjudican son los niños».

Por otra parte, explicó que casi no quedan turnos disponibles en Adeir y eso se debe por un lado a la gran demanda, y por otro a la falta de terapeutas: «En este momento ya casi no tenemos turnos. Estamos generando nuevos terapeutas. No es sólo ser psicólogo o kinesiólogo, los tenemos que capacitar porque hay que montar, sentir el caballo para luego poder transmitirlo». Y añadió: «Convocamos a los estudiantes de psicología, terapia ocupacional, kinesiología, medicina y psiquiatría porque acá tienen la posibilidad de acercarse a toda la variedad de niños con discapacidad».

«Betty», es voluntaria y aprende equitación

Quienes estén interesados en participar de las clases de equitación, realizar equinoterapia o sumarse a los cursos de capacitación pueden comunicarse a través del Facebook de la Asociación o comunicarse con Liliana al 3415018282.