La «letra chica» del acuerdo constitucional alcanzado por legisladores chilenos la semana pasada disparó hoy las primeras fisuras, luego de que el senador oficialista Andrés Allamand, miembro de integra la Comisión de Constitución, insistiera en que de no lograrse el quórum de 2/3 para tratarla «se mantiene vigente la actual Carta Magna», lo que desató el rechazo del arco opositor.
Rodrigo Echecopar, el presidente de Revolución Democrática (RD), fuerza del Frente Amplio (FA), dijo que esas declaraciones «amenazan el acuerdo constitucional» y que los liderazgos de oposición «deberían pedir, en conjunto, pronunciamiento formal de los partidos del oficialismo», sobre este punto.
Allamand declaró hoy, citado por el portal de noticias El Desconcierto, que «es evidente que una nueva Constitución requiere necesariamente de una votación en general, de una aprobación en forma global por 2/3» para que sea «un todo coherente y armónico» y que «ello debe ser cautelado en un proceso de votación».
En tanto, la senadora de la oficialista Unión Demócrata Independiente (UDI) Ena von Baer, planteó que una vez que se discuta cada materia de la nueva Constitución ésta «debe ser aprobada en votación final del órgano constituyente por 2/3», lo que es interpretado por sectores opositores como un boicot al proceso completo.
La Constitución vigente en Chile fue impuesta en 1980, durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Desde el también oficialista partido Evópoli (Evolución Política) apoyaron la necesidad de llegar a consenso dentro del órgano constituyente al indicar que «los 2/3 te obligan a llegar a un acuerdo, porque si tú no estás dispuesto a negociar, a acordar la casa común, en la otra parte, sea la izquierda o la derecha, te pueden bloquear el resto».
«El diseño que acordamos justamente busca asegurar que todos los elementos esenciales para cada una de las partes estén incluidos», argumentó el senador Felipe Kast.
Todos estos reparos al acuerdo zanjado el 15 de noviembre y que desde el lunes empezaron a aparecer en las filas del oficialismo fueron rechazados por el arco opositor, que desestimó estas nuevas propuestas.
«No es cierto que haya quedado establecida una votación final del cuerpo completo por 2/3. La UDI y Evópoli la plantearon, pero se excluyó finalmente del acuerdo», indicó el presidente de la Democracia Cristiana (DC), Fuad Chahin.
Por su parte, el presidente de la comisión de Constitución del Senado, Felipe Harboe, del Partido por la Democracia (PPD), señaló que «acá no hay dobles interpretaciones, se discute desde cero y si no hay acuerdo de los 2/3, no hay texto (en esa materia). Es la letra y el acuerdo».
«Si alguien intenta cambiar la interpretación, deberá asumir el costo de desestabilizar el acuerdo más importante de los últimos 40 años, y con él, al Gobierno. Lo que hicimos fue un acto de responsabilidad, pero no podemos aceptar trabas», añadió.
El abogado de Derecho Constitucional de la Universidad de Valparaíso Christian Viera señaló en Twitter que estos nuevos reparos son «muy preocupantes porque están desconociendo el acuerdo o no saben lo que es hoja en blanco» y calificó la interpretación de Allamand como de «mala fe».
En redes sociales, en tanto, miles de manifestantes critican el acuerdo constitucional al que califican de «cupular» y centran sus reclamos en el quórum de 2/3 que constituye un virtual «veto de minoría de los políticos» para mantener la esencia de la Constitución actual.