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Acromegalia: una enfermedad poco frecuente que modifica los rasgos físicos


Agrandamiento de manos y pies, ensanchamiento de la mandíbula, separación de los dientes y cambios en la voz son algunos de los signos para considerar un posible cuadro de acromegalia

 

La acromegalia es una enfermedad asociada a un tumor benigno en la glándula hipófisis ubicada en el cerebro, que ocasiona un exceso en la producción de hormona de crecimiento y, si bien puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente en adultos y su diagnóstico puede demorar entre 4 y 10 años desde la aparición del primer síntoma.

Agrandamiento de manos y pies, ensanchamiento de la mandíbula, separación de los dientes y cambios en la voz son algunos de los signos para considerar un posible cuadro de acromegalia, pero como algunos de los cambios pueden darse lentamente, eso dificulta su identificación.

En el marco del Día Mundial de la Acromegalia, que se conmemora este domingo, los especialistas llaman a identificar los signos de esta enfermedad porque con su adecuado abordaje se puede llevar una vida normal y prevenir complicaciones como diabetes, enfermedad cardiovascular y trastornos en la fertilidad, entre otras.

La doctora Mirtha Guitelman, Coordinadora del sector de Neuroendocrinología de la División Endocrinología del Hospital Gral. de Agudos «Dr. Carlos G. Durand» explicó que cuando esta enfermedad se manifiesta en la infancia «la aceleración del crecimiento lleva al desarrollo del gigantismo y los pacientes pueden superar los dos metros de altura» mientras que «en los adultos las manifestaciones son agrandamiento de manos y pies, mentón y frente prominentes, voz ronca y muchos dolores articulares».

En diálogo con la prensa la especialista señaló que «puede traer complicaciones cardiológicas (agrandamiento del corazón, problemas valvulares e insuficiencia cardíaca), metabólicas (diabetes, dislipemia), respiratorias (apneas de sueño) y óseas (deformaciones, fracturas)», a la vez que dijo que «todas ellas pueden determinar una mala calidad de vida, pero con un diagnóstico y tratamiento precoz pueden prevenirse y frenar su progresión».

«Los pacientes adultos perciben progresivamente que cambian el número de calzado o que dejan de usar los anillos o deben agrandarlos, por el agrandamiento de sus manos», manifestó Guitelman.

Asimismo añadió: «Los cambios se manifiestan lentamente y de manera paulatina, y pueden afectar la fisonomía del rostro por ensanchamiento nasal, frontal, de los labios, asociado a cambios en la piel. Se trata de una expresión de la enfermedad y significa que hay exceso en la producción de hormona de crecimiento, que tiene que ser controlada».

Si bien no hay registros locales que determinen cuántos pacientes tienen esta enfermedad en Argentina, extrapolando estudios internacionales, habría cerca de 5/10 casos por cada 100 mil habitantes, lo que permite estimar un potencial de cerca de 4500 pacientes en nuestro país.

La acromegalia no suele dar síntomas específicos en los primeros años, pero cuando se manifiesta puede ir produciendo progresivamente cefaleas, fatiga crónica o cansancio, trastornos del sueño, trastornos menstruales en la mujer, disfunción sexual en los varones, dolores osteo-articulares, pérdida del campo visual, hipertensión arterial, infertilidad, miocardiopatía y diabetes.

Según explicó la doctora Karina Danilowicz, Jefe de la División Endocrinología Hospital de Clínicas José de San Martín, los pacientes «suelen demorar varios años en ponerle un nombre a las manifestaciones difusas y aparentemente inconexas, que experimentaban hace tiempo, para poder luego comenzar un tratamiento».

«Esto compromete la salud de las personas porque la acromegalia va produciendo alteraciones y daños considerables algunas veces irreversibles», agregó, a la vez que dijo: «Es claro el impacto de la enfermedad en la salud y también en la vida de todos los días, porque son muchas las manifestaciones que impactan negativamente en el trabajo, los estudios y las relaciones sociales».

Al ser consultada acerca de cómo se trata la enfermedad, Danilowicz indicó que actualmente existen tres formas «la cirugía, terapias farmacológicas y radioterapia» y señaló que «el tratamiento quirúrgico sigue siendo el de elección en la mayoría de los pacientes, aunque los avances en medicamentos en los últimos años han modificado el escenario».
«La radioterapia ocupa en la actualidad el último escalón en el esquema terapéutico, quedando reservada para un grupo reducido de pacientes», culminó.