"Nuestro principal trabajo es luego del diagnóstico, venimos después del médico", dijo a CLG Silvia Losada, presidenta
Acela Rosario es una asociación civil sin fines de lucro que trabaja desde hace más de 30 años en la ciudad prestando asistencia al celíaco. El objetivo principal es brindar información y herramientas a las personas diagnosticadas. La celiaquía es una reacción del sistema inmunitario al consumo de gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. CLG dialogó con Silvia Losada, presidenta de la asociación desde hace 6 años.
«Hasta que no le toca en lo más íntimo una situación, el ser humano no reacciona», dijo para comenzar y agregó: «En mi caso, mi hija fue diagnosticada con celiaquía hace unos 20 años». «En ese momento no había nada. No se conseguía ni un paquete de harina para hacer un pan, por ejemplo«, recordó.
En ese contexto, fue que «muchas mamás y adultos diagnosticados» pusieron manos a la obra para constituir formalmente Acela Rosario. «Ya había gente trabajando, pero no estaba la personería jurídica», explicó la presidenta. Sobre aquellos años, señaló: «Llevó mucho esfuerzo abrir a la sociedad y empezar a conseguir alimentos».
Sobre la labor que realizan en el día a día, Silvia destacó: «Nuestro principal trabajo es asistir al celíaco luego del diagnóstico. Nosotros venimos después del médico, le explicamos y le damos la bienvenida para que pueda hacer su dieta libre de gluten de por vida». «No es una tarea fácil, la persona diagnosticada tiene que cambiar su vida y sus hábitos en función de su padecimiento», indicó.
«Esto es prueba y error, uno va aprendiendo cómo comer, qué comer, cómo elaborar. Todas esas pautas se las vamos dando», sostuvo. Y agregó: «En su momento hacíamos todo eso, y además tratábamos de conseguir que en la ciudad empiece a haber alimentos aptos».
La presidente de Acela consideró que «desde hace unos 10 años a esta parte, la dieta celíaca se puso de moda». «Se pensó que era excelente para adelgazar, pero nada que ver. Como pasa siempre, la palabra dieta es mágica para muchos y se empezó a conocer y a hablar mucho más», explicó. «La oferta empezó a crecer, tanto en la parte productiva del sector privado, como en la de los feriantes», reveló.
«Se empezó a activar el movimiento para conseguir alimentos y para que sean analizados, porque de otra manera no deja de ser un alimento artesanal que el celíaco no debe consumir», comentó. Y profundizó: «El grado de contaminación que puede tener cualquier alimento, en el caso del celíaco es mucho más grave. Si no hay análisis que determine que cumple con todos los requisitos, es difícil poder consumirlo». De todas maneras, aclaró: «Hoy Rosario está muy bien posicionada respecto a eso. Incluso, en la ciudad hay un restaurante apto para celíacos exclusivamente».
En cuanto a la asistencia que prestan, Silvia precisó que están esperando que «habiliten la presencialidad». «Siempre trabajamos los segundos y cuartos miércoles de cada mes, en calle Moreno al 960, secretaría de Salud. Ahí asistíamos a personas recién diagnosticadas o con dudas, hay desde charlas hasta clases de cocina», remarcó. Mientras tanto, desde Acela se encuentran trabajando de forma telefónica con las personas que los necesitan y contactan a través de sus redes sociales.
Para finalizar, la presidenta invitó a todos los que quieran colaborar a comunicarse también por las redes sociales. La asociación «no cuenta con asistencia del Estado» y «con 20 o 30 socios financia lo que se aporta a Afip o hay que pagar al contador». «Lo demás es puro esfuerzo, si vamos a dar una clase de cocina ponemos nosotros, si vamos a dar una charla, los médicos son voluntarios», aseveró. Y cerró: «El que quiera se puede comunicar con nosotros. Si hay empresarios que quieran ayudar con pequeños aportes, son bienvenidos también».