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Abrió un comedor en pandemia y apela a la solidaridad para festejar el Día de la Infancia


Roxana puso un merendero en su casa para ayudar a chicos del barrio Cinco Esquinas y quiere darle a los más chicos una entrega especial en su día

 

Por Gonzalo Santamaría

Hace más de tres meses Roxana Zupel hablaba con su hija de 16 años sobre la realidad que afrontan los barrios en la pandemia. La joven le comentó a su madre que quería ayudar a los más chicos ante la necesidad alimentaria que aumentó por la crisis económica derivada del coronavirus, todo motivado por la abuela de la familia que ayuda en una iglesia que entrega meriendas todos los días. Allí Roxana pensó en abrir «El Árbol de la Familia» en su hogar de Servando Bayo 2043, un comedor que apunta a entregar raciones de comida para más de 100 chicos.

El inconveniente para la mujer pasó por lo económico. Como mucha gente en esta pandemia, ella se quedó sin trabajo, lo sufrió, pero supo contrarrestar esa realidad con la solidaridad del comedor. En un primer contacto con CLG, Roxana reconoció que con los pocos ingresos que tiene su hogar no lo podían sostener, por eso apeló a la ayuda de todos.

Recibe donaciones de leche, azúcar, chocolatada, arroz, harina y grasa para hacer tortas fritas y así darle un desayuno y merienda a los chicos del barrio Cinco Esquinas, pero también asisten pequeños de la Villa Banana.

En el mes de la infancia, Roxana y «El Árbol de la Familia» quieren entregarle un día distinto a los chicos que asisten y buscan donaciones de golosinas, tortas, alfajores, caramelos y juguetes para bebés y hasta trece años. Además, deslizó que recibe donaciones de cotillón o ropa para «disfrazar» a quienes entregan la merienda y de detergente para el aseo de los materiales. «Queremos festejar el día del niño con los chicos que tanto lo necesitan«, declaró ante CLG.

Las donaciones se pueden concretar a través del Facebook de Roxi Zupel o bien escribir al 3415816387. La impulsora de este centro solidario también se ofreció a buscar donaciones a quienes no puedan acercarse a su casa y puso una sola condición: «Sacamos foto de todo lo que donan y lo subimos al Facebook, para que los chicos vean».

Por otra parte, pidió por una olla, un mechero y un cucharón ya que hasta ahora el merendero está funcionando con materiales prestados por un vecino que lo acercó a Roxana de manera desinteresada.

La mujer se muestra feliz cada vez que llegan los menores y se llevan su ración. «Estoy feliz de la vida de hacerlo y me gusta. Espero que lleguen donaciones, que esto a la gente le toque el corazón porque, si bien somos grandes, a la vez somos chiquitos. Esperemos que lleguen lindas cosas para los más chicos«, cerró Roxana ante CLG.

El comedor también recibe donaciones de ropa para los chicos que asisten a diario.