Policiales

A través de una tarjeta SUBE robada, identificaron y condenaron a los autores de un crimen


Durante el asalto, los sentenciados habían matado a puñaladas a un remisero. Recibieron penas de entre 15 y 25 años de prisión

Una tarjeta SUBE que había sido robada a una mujer fue la «clave» para identificar a dos jóvenes como los delincuentes que participaron en el crimen de un remisero, asesinado en julio de 2019 de una puñalada en el pecho durante un asalto en el partido bonaerense de La Matanza, y que en las últimas horas fueron condenados a penas de entre 15 y 25 años de prisión, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Júnior Ocampo Cáceres (23) y Franco Daniel Centeno (26), a quienes el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 del mencionado distrito los encontró culpables del «homicidio en ocasión de robo» en perjuicio de Gonzalo Ezequiel Cardozo Fernández (30).

Fuentes judiciales informaron que los jueces Raúl Elhart, Nora Volpicina y Gustavo Pons coincidieron con el pedido de la fiscal de juicio, Celia Cejas, respecto a la responsabilidad penal y al delito endilgado a los acusados.

El TOC 2 condenó a Centeno a 25 años de cárcel y lo declaró «reincidente», mientras que a Ocampo Cáceres le dio 15 años y 10 meses.

«Estoy conforme porque cuando pasó todo esto no sabíamos nada y gracias a la fiscal se pudo resolver el crimen, estoy muy agradecida con ella porque hizo un trabajo excelente», dijo a Télam Noelia Vera, esposa de la víctima.

Durante el debate oral, la fiscal Cejas dio por probado que el crimen de Cardozo Fernández ocurrió alrededor de las 22.30 del 21 de julio de 2019 en las calles Olegario Andrade y Valentín Gómez, en un barrio de casas bajas de la localidad de Gregorio de Laferrere, en La Matanza, sudoeste del Gran Buenos Aires.

La investigación comenzó cuando un llamado al 911 alertó sobre la presencia en esa esquina de un hombre tirado en la vía pública junto a un Fiat Siena color gris, patente JDC071, y con signos de haber colisionado.

Al arribar al lugar, efectivos de la comisaría local constataron que el hombre estaba muerto, tras lo cual, los médicos establecieron que presentaba una herida de arma blanca en el tórax.

Los pesquisas determinaron que era Cardozo Fernández, propietario del Fiat Siena, el cual presentaba daños en el frente y uno de los laterales, al punto que se le había desprendido de la carrocería el paragolpes delantero y un guardabarro.

Al inspeccionar el interior del remís, los peritos hallaron un GPS, los documentos del vehículo y un cuchillo, el cual no estaba manchado con sangre, por lo que no se trató del arma homicida.

La víctima residía en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y trabajaba de remisero para una agencia del barrio porteño de Villa Lugano, dónde esa noche había sido visto con vida por última vez.

«Mi marido hacía siete años que era agente de tránsito para el Gobierno de la Ciudad y yo trabajaba como peluquera en San Cristóbal y queríamos irnos de vacaciones a Paraguay porque mis hijos estaban con mi mamá e íbamos a ir de sorpresa. Nos pusimos hacer horas extras para juntar plata y él hacía 15 días que había entrado en esa agencia de viajes en la que trabajaba los fines de semana», relató Noelia.

Los investigadores determinaron por intermedio de testimonios de los compañeros de la agencia que una pareja había subido a su remís cerca de las 21.40 como supuestos pasajeros con destino a Gregorio de Laferrere.

«Cuando están llegando a destino llaman a un segundo masculino que subió al vehículo con fines de robo y la víctima no quiso entregarles el dinero de la recaudación y el de una suma que le había dado su esposa, quien había cobrado su sueldo semanal como empleada de una peluquería», precisó un vocero.

En ese momento, el chofer aceleró el auto y chocó contra un montículo de tierra, tras lo cual los tres delincuentes descendieron para escapar.

Cardozo Fernández los persiguió 100 metros hasta que agarró a la mujer, por lo que Centeno tomó un arma blanca y le dio un puntazo cerca de la tetilla izquierda que le causó la muerte a los pocos minutos.

Durante la huida, uno de los ladrones perdió una tarjeta SUBE que había sido robada a una vecina suya y que fue la «clave» para reconocer a los autores del hecho.

A partir de ese elemento de prueba, los pesquisas establecieron que desde esa SUBE pagaron dos boletos unas dos horas antes del crimen desde la estación de trenes de Laferrere hasta el barrio de Villa Lugano.

Por las cámaras de seguridad determinaron que se trataba de una pareja que había llegado pasadas las 21 y que luego regresaron a bordo del remís.

Además, los detectives hallaron una huella digital que terminó siendo de Centeno, quien tenía antecedentes penales, por lo que fue el primer detenido.

Este joven confesó haber participado en el hecho y que también estuvo Ocampo Cáceres, tras lo cual fue apresado y el miércoles último ambos fueron condenados.

«Creo que se hizo justicia, mi marido puede descansar en paz y yo podré contar una historia resuelta a mi hija que en ese momento tenía 1 año y 3 meses», expresó la esposa del hombre asesinado.

En tanto, el TOC 2 ordenó investigar en una nueva causa a una mujer como posible sospechosa de haber sido la tercera cómplice del asesinato.

«Era una persona con mucho carácter, de hecho dos semanas antes (del crimen) lo había retado porque se había tomado un colectivo y se había bajado muy lejos de casa, por una parte fea, y le dije que era peligroso y él me contestó que me tenía que preparar para dos situaciones, que si no lo mataban iba a ir preso porque no se iba a dejar robar», recordó la mujer, y concluyó: «Era una persona súper buena, de esas que no quedan, a mi hija le costó mucho superarlo, los primeros tres meses ella no dormía porque no lo hacía sin el papá».