Espectáculos

A dos décadas, «Gran Hermano» vuelve para cuestionar la noción de intimidad


Mezcla de experimento sociológico con show televisivo, el formato replicado en más de 70 países desembarcó en Argentina el 10 de marzo de 2001 conducido por Soledad Silveyra y bajo el lema "la vida en directo"

Con un protocolo de consentimiento explícito para tener relaciones sexuales, pruebas para poder ver los partidos de la Selección argentina durante el Mundial y abstinencia durante 100 días del teléfono celular, dos décadas después de su estreno en Argentina el próximo lunes a las 21.45 regresará a la pantalla de Telefe una nueva edición de «Gran Hermano» conducida por Santiago del Moro.

«Cuando me dijeron que iba a ser el próximo conductor del formato sentí que todo lo que había hecho en los medios tenía un porqué, porque ‘Gran Hermano’ es el formato madre de todo lo que ha pasado en la televisión desde el 2000 para acá», contó Del Moro en una presentación en el SUM de la casa en los Estudios Pampa de Martínez.

«Es un programa -agregó- que nos arrastra e interpela a todos, que ama y critica el público que se siente parte, no te pasa por el costado sino que te mete directamente en el juego».

Mezcla de experimento sociológico con show televisivo, el formato replicado en más de 70 países desembarcó en Argentina el 10 de marzo de 2001 conducido por Soledad Silveyra y bajo el lema «la vida en directo».

En las puertas del siglo XXI, cuando internet estaba apenas extendida en las computadoras domésticas y los teléfonos inteligentes hubieran parecido un delirio futurista, el programa abría las puertas de la pantalla para «la gente común» mientras en el «prime time» figuras como el prestigioso semiólogo Eliseo Verón y el periodista Jorge Dorio analizaban lo que sucedía en «la casa más famosa del país».

Dos décadas más tarde, con la televisión de aire perdiendo dramáticamente terreno frente a las plataformas, la intimidad como parte del paisaje cotidiano en las redes sociales y el antecedente del encierro social en pandemia, el formato se enfrenta a un desafío diferente.

Para eso, se apostó a una espectacularidad técnica y arquitectónica nunca antes vista en el país. Si bien la casa tiene 2200 m2 la extensión no es sinónimo de libertad: tiene 65 cámaras y 87 micrófonos para que no quede ningún rincón sin espiar.

A la casa se ingresa por un moderno y vistoso gran jardín con pileta, sauna, parrilla y gimnasio. En el interior hay una amplia cocina integrada, un living con un gran sillón alrededor de una tele que solo se utilizará para comunicarse con el exterior durante las galas, dos habitaciones con nueve camas individuales cada una, el confesionario y un único baño donde no hay un metro cúbico de intimidad.

Para mantener entretenidos a los espectadores, «Gran Hermano» abarcará de lunes a lunes la grilla semanal de Telefe: los lunes será el día íntimo entre Del Moro y la persona eliminada; los martes y jueves las pruebas y el análisis de la casa; los miércoles gala de nominación; los viernes día de fiesta, los sábados la «noche de los ex» (ex participantes de ediciones anteriores analizan el interior de la casa) y el domingo la gala de eliminación.

Además, quienes no quieran «perderse nada» de lo que suceda dentro de la casa, podrán verlo en vivo las 24 a través del canal 141 de Pluto TV, el servicio gratuito de televisión por streaming de Paramount.

Aunque Del Moro cuenta con amplia experiencia en televisión al frente de ciclos tan célebres como diversos («Intratables», «Infama», «Masterchef Celebrity» entre otros) anoche contó que frente al desafío que le impone un programa en vivo tan «desmesurado, apasionante y visceral» se puso en contacto con sus antecesores para pedirles consejos:

«Hablé con Jorge Rial, con Mariano Peluffo, le mandé un mensaje a Solita Silveyra, quería que me contaran cómo fue la experiencia de entrar en ese estudio y hablarle a un país», confesó.

Si bien no detalló los pormenores de esas conversaciones, celebró que se trata del «programa más democrático de todos porque quién se queda o se va lo decide el público».

En esta nueva edición, Del Moro contará con un equipo de analistas conformado por Laura Ubfal, Gastón Trezeguet, Sol Pérez, Nati Jota y Ceferino Reato.

Respecto de los 18 participantes seleccionados de un casting masivo que inundó de videos virales las redes sociales, Del Moro destacó que el criterio de selección estuvo puesto en la diversidad, aunque aclaró que no se refiere a la diversidad sexual: «No queremos que sea un tema ni poner el foco ahí porque la sexualidad no es materia opinable de nadie y, además, eso ya se contó en ‘Gran Hermano 1’ y esa batalla ya la dio en su momento Gastón Trezeguet».

Por otra parte, resaltó que quienes ingresarán el lunes tienen «una gran ventaja contra los pioneros de ‘Gran Hermano’: Todos saben a dónde vienen, acá no hay nada inocente: es la competencia televisiva más importante del mundo».

En cambio, deberán enfrentarse a un desafío mesiánico para los tiempos que corren: pasar 100 días desconectados de internet, sin teléfono celular ni acceso a las redes sociales.

Consultado sobre la posibilidad de que haya sexo en la casa, Del Moro contestó: «La sexualidad va a estar y seguramente se las van a rebuscar para tener momentos más íntimos, pero la intimidad no existe porque hay más cámaras que nunca, es más, cada día que venimos siguen agregando cámaras y micrófonos».

En este punto, los cambios sociales también se colaron en el protocolo del formato a nivel global: las personas involucradas deberán dar un «ok» a la cámara para dejar explícito su consentimiento.

Otra particularidad de esta edición es que estará cruzada por el Mundial de Qatar. Al respecto, Del Moro fue contundente: «Los partidos se los van a tener que ganar. Acá, como todo en la vida, tiene costo».

Por lo demás, cada semana durante los 100 días, un participante será expulsado. Al final del certamen, aún sin fecha exacta, el o la ganadora se alzará con el premio de 15 millones de pesos y que al momento de ingresar a la casa equivalen a unos 50 mil dólares.