El crimen de Enrique Romero, ocurrió durante los festejos del Día del Amigo de 2011, en la puerta de un bar. El autor del fatal disparo fue el ex sargento Isaías Cano
La hermana de un hombre que durante los festejos por el Día el Amigo hace 10 años fue asesinado a balazos por un policía bonaerense, hijo del entonces jefe Distrital de Florencio Varela que fue condenado por el hecho en 2015 a 11 años de prisión, pidió que terminen los casos de «gatillo fácil» y que no haya más «violencia institucional».
El crimen de Enrique Romero (30), padre de cuatro hijas, ocurrió en la madrugada del 21 de julio de 2011 cuando el ex sargento Isaías Cano, hijo del comisario retirado Oscar Cano, lo mató a tiros en la puerta de un bar del mencionado distrito del sur del conurbano.
«Lo que más bronca da es que si esto hubiese sido al revés, mi hermano hubiera sido automáticamente detenido y hoy tendría prisión perpetua, no habría estado esperando el juicio en la casa ni obtenido todos los beneficios que esta persona logró obtener por ser quien es», dijo a Télam Jésica Romero.
La mujer recordó que a fines de junio de 2015 Cano fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Quilmes a 11 años de prisión por el asesinato de Romero y por las lesiones graves de un amigo que resultó herido de bala.
Según su testimonio, el ex policía recién fue detenido en 2017 cuando la sentencia quedó firme y que en 2023 ya quedará en libertad, dado que durante casi todo el proceso fue beneficiado con una prisión domiciliaria.
«Es inexplicable la impunidad que llevó a todo esto el ser hijo de quien es, todas las pruebas que siempre tuvimos y así y todo van a pasar dos años y va a salir y nosotros ya no recuperamos más la vida de mi hermano», expresó Jésica y agregó: «El dolor que queda no se va nunca más».
El hecho sucedió cerca de las 6.15 del 21 de julio de 2011, en la puerta del bar-pool «La Casona», situado en avenida Eva Perón al 4300 y Tres de Febrero, de Florencio Varela.
Cano se hallaba de franco de servicio junto a dos amigos en su auto, un Chevrolet Tigra, y comenzó una discusión con otras personas.
En esas circunstancias, el entonces sargento extrajo su arma con la que empezó a amenazarlas y realizó al menos un disparo que le pegó en la pierna a uno de los amigos de la víctima que le provocó una fractura expuesta.
«Cuando ve que lo lastima sin saber que era policía se le tira encima y este le da dos disparos a quemarropa», indicó Jésica, quien exigió que no haya más casos de «gatillo fácil» y de violencia institucional.
Romero, quien había cumplido años un día antes, quedó herido de gravedad y murió más tarde en el hospital Mi Pueblo, de Florencio Varela.
«Enrique trabajaba en una curtiembre de Avellaneda y justo estaba de vacaciones porque el 19 había sido su cumpleaños número 30», explicó su hermana.
Tras el crimen, la titular de la Unidad Funcional de Instrucción 2 Descentralizada de Florencio Varela, Clarisa Antonini, dispuso la detención de Cano y quedó a disposición de Gendarmería Nacional.
Sin embargo, meses después el juzgado de garantías ordenó su libertad hasta el juicio oral en el que llegó acusado del delito de «homicidio agravado», pero finalmente el TOC 3 lo condenó por «homicidio con dolo eventual».
Desde un principio, la versión policial había sido que el acusado habría sufrido un intento de robo y que quiso defenderse pero eso fue negado por los allegados y familiares de Romero.
Al respecto, la Sala VI del Tribunal de Casación Penal que rechazó la apelación de la defensa sostuvo en su fallo: «El tribunal sentenciante a partir de la observación detallada de la filmación que registró el momento en que Romero y Cano, armado con su pistola reglamentaria en una mano, se trenzan en lucha y caen al suelo, determinó que el último efectuó en ese momento los disparos que a la postre causaron la muerte del primero, antes de que se sumaran a la gresca -inmediatamente- los miembros del grupo».