"El trole en gran medida define la ciudad y la movilidad pública", dijo Mariano Antenore, miembro de Amigos del Riel a CLG
«El trole en gran medida define la ciudad y la movilidad pública», dijo Mariano Antenore, miembro de Amigos del Riel a CLG
El 3 de diciembre de 1961 se inauguró en Rosario lo que luego se convertiría en un transporte icónico: la línea K. A 58 años de aquel día, sigue funcionando y es el único servicio impulsado exclusivamente gracias al tendido eléctrico de la ciudad. El trolebús o trole es parte de la vida diaria de los rosarinos, pero no es algo tan común en el resto de los rincones del país.
Actualmente, sólo tres ciudades de Argentina mantienen este tipo de transporte: Rosario, Córdoba y Mendoza. Las dos primeras de forma más tradicional, la tercera mutando a las baterías en vez de las astas. En un nuevo aniversario de aquel primer recorrido de la K, CLG dialogó con Mariano Antenore, miembro de Amigos del Riel, para conocer más detalles del tema y la importancia de tener este tipo de movilidad.
«En 1961 se inauguró con 14 unidades que en ese momento unían la esquina de Mendoza y Nicaragua en barrio Belgrano con Pellegrini y Necochea en barrio Martín», recordó Mariano. Y continuó con su relato: «Después se fue extendiendo. Finalmente, llegó hasta Wilde y Mendoza y Ciudad Universitaria».
Si bien ahora es la única línea que funciona plenamente gracias a las astas y el tendido eléctrico, hubo una época en la que no era así. «En los años 60 y 70, la red de trolebuses tenía 70 kilómetros y tres troncales», detalló. A lo que añadió: «La M a la zona sur, la K al oeste y la H al norte, terminando en el control de Granadero Baigorria».
Hoy está también la Q que, según confirmó Mariano, vendría a ser «un ramal o una especie de refuerzo para la K». «Ésta funciona bajo el tendido eléctrico hasta San Juan y Francia donde se desconecta y va, gracias a baterías, hasta Circunvalación y regresa hasta llegar a Mendoza», aclaró. Ahí reside la diferencia entre ambas líneas.
Cada año, la K moviliza a «unos 7 millones de pasajeros» con una flota de 17 unidades que está en funcionamiento desde enero de 1994. «El hecho de que la flota tenga 26 años, indica que requiere un recambio, pero también muestra la alta calidad de los vehículos que no puede ser igualada por un diésel que a los 10 años necesita ser cambiado», explicó.
Respecto a la posibilidad de añadir nuevas líneas de troles, señaló: «Nosotros sostenemos que el puntal del sistema es la K, pero entendemos que el resto de la comunidad tiene derecho a gozar del transporte eléctrico, por eso insistimos en que vuelvan las otras troncales«. «Creemos en la necesidad de incorporar la línea M», enfatizó.
Por último, Antenore contó qué significa esta línea de troles para la ciudad: «Es un transporte tradicional que es una postal en sí de Rosario, viene mucha gente de afuera que se maravilla viéndolos pasar. Es un patrimonio para barrio Belgrano y barrio Azcuénaga, que están orgullosos de tenerla». «Es un medio de transporte entrañable para Rosario y que en gran medida la define como ciudad y define la movilidad pública», cerró.