Opinión

50 años del Mayo Francés

A 50 años del Mayo Francés: Cuando obreros y estudiantes desafiaron el poder


Por Gabriela Liszt 

 

«(Hay que) liquidar de una buena vez por todas el legado de mayo del 68», dijo el exjefe de Estado Sarkozy expresando el deseo de la clase burguesa del imperialismo francés. «El Mayo Francés fue un ascenso estudiantil que fracasó porque pedía utopías». Ésta es una frase imaginaria pero representa la visión naif o derrotista de lo que significó el proceso, no solo francés sino mundial que se abrió en 1968.  

El 68 se inició con la «ofensiva del Têt» de febrero en Vietnam que se unió con un ascenso estudiantil (la primera ocupación de un campus comenzó ese año con tres negros fusilados por la policía) y juvenil contra la guerra de Vietnam y al movimiento contra el racismo; el ascenso obrero y popular contra el régimen estalinista en Checoslovaquia (de febrero a octubre terminando con la invasión de los tanques rusos); el movimiento estudiantil en México que terminará con una gran represión: la «masacre de Tlatelolco»; el ascenso obrero italiano, entre otros.  

Un año que reunió la lucha de clases en países centrales europeos, del Este y Estados Unidos, con la resistencia a su guerra en Vietnam y su «patio trasero». Desde ese año, aunque tuvo fuertes derrotas, estuvo cuestionado el orden mundial establecido luego de la Segunda Guerra Mundial entre las grandes potencias y el estalinismo. 

Pero los vencedores, a inicios de los 80, trocaron la verdadera historia por varias mentiras. Especialmente sobre el proceso francés. Ni fue sólo estudiantil ni fue una utopía. El actual presidente chileno Piñera criticó al movimiento estudiantil que lucha por la gratuidad de la educación aludiendo al Mayo Francés. Según un diario chileno, Bárbara Brito (exvicepresidente de la FECH) «utilizó bibliografía histórica (se refiere al libro ‘Cuando obreros y estudiantes desafiaron al poder’, Ediciones IPS, 2008) para respaldar la tesis de que, en 1968, el movimiento estudiantil estaba fuertemente vinculado a las organizaciones obreras y su intención era fundamentalmente desafiar el poder».  

Efectivamente, si el Mayo francés comenzó con la represión a una movilización universitaria contra la guerra de Vietnam, a los pocos días los estudiantes arrastraban a jóvenes obreros a luchar en la «Noche de las barricadas» y tres días después se producía la mayor huelga general en la historia de Francia. «Se trata de considerar en primer lugar la amplitud de la huelga: la más importante de la historia de Francia, con, sin duda, 7 millones de trabajadores movilizados. La misma se convierte en un «acontecimiento» por varias razones: se pueden ver múltiples signos de radicalización en los trabajadores, notablemente en las ocupaciones de fábrica, en los secuestros y en la voluntad de combatir las fuerzas del orden durante junio. Además, la huelga moviliza más allá de las figuras tradicionales y de sus zonas de influencia; no solamente a los obreros masculinos sino también a las mujeres, los inmigrantes y los jóvenes obreros. (Xavier Vigna, Ideas de Izquierda N°42, mayo 2018). Claramente no fue solo estudiantil… 

En cuanto a lo utópico de las reivindicaciones, lo cierto es que se ridiculizó la consigna «Seamos realistas, pidamos lo imposible» que lejos de ser utópica representaba la necesidad de terminar con el sistema capitalista y la V República representada por De Gaulle para lograr el poder en las fábricas y las universidades, para liberar la cultura, la rigidez en la sexualidad y cuestionar la retrógrada sociedad en su conjunto.  

Para esto, el movimiento tenía que superar a sus direcciones tradicionales en el movimiento obrero como el Partido Comunista que dirigía la mayor central sindical, la CGT, así como las tendencias reformistas en el movimiento estudiantil. La autoorganización no se había desarrollado suficientemente y las direcciones hacían todo lo posible para impedir la unidad obrero-estudiantil.  

La burguesía francesa con la ayuda del PC comenzó a desactivar el movimiento obrero con los Acuerdos de Grenelle y al movimiento estudiantil con el llamado adelantado a elecciones por De Gaulle, también alentado por el PC y el PS. 

Éstas son las causas de que el movimiento no avanzara y hoy Macron pueda decir «el 68 fue un tiempo de utopías y de desilusiones y a decir verdad ya no tenemos más utopías y hemos vivido demasiadas desilusiones», mientras arremete contra las jubilaciones, las condiciones de trabajo y contra el movimiento estudiantil y se une a Estados Unidos para bombardear Siria. A 50 años del Mayo Francés obreros y estudiantes demuestran que sus fuerzas están dispuestas a enfrentar estas reformas pero es necesario sacar conclusiones para no dejar que las viejas direcciones impidan nuevamente la unificación del movimiento para que lo imposible se vuelva realidad. 

 

Miembro de La Izquierda Diario Historia. Compiló y prologó varias publicaciones del Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones (CEIP) «León Trotsky entre ellos Mi vida, La teoría de la revolución permanente, Lenin. Miembro de Ediciones IPS. Militante en el PTS en el FIT.