El 14 de julio de 2016 un tunecino residente en Francia terminó con la vida de 10 niños y 74 mayores. Fue abatido por la Policía
Francia conmemorará este miércoles cinco años del mortífero atentado en Niza, el 14 de julio de 2016, cuando un tunecino residente en el país mató a 84 personas, entre ellos 10 niños, e hirió a otras 200 al embestir con un camión a la multitud que participaba de las celebraciones del día nacional francés.
El conductor, que fue muerto a tiros por la policía, fue identificado en menos de 24 horas por el fiscal general francés como Mohamed Lahouaiej Bouhlel, un tunecino de 31 años con permiso de residencia en Francia que vivía en la Niza, sobre la Costa Azul, donde trabajaba como repartidor, y que tenía antecedentes penales por delitos menores.
En ese momento, el fiscal Francois Molins dijo que el atentado de Niza, el tercero que se registraba en Francia en un año y medio, se correspondía con los llamados que lanzan las organizaciones yihadistas, como el Estado Islámico (EI), que horas más tarde reivindicó la autoría.
«Un soldado del Estado Islámico» fue el que cometió el ataque, según informó en ese momento la agencia de noticias Amaq, vinculada a los yihadistas.
El ataque fue «en respuesta a los llamados para atacar a los civiles de los países que forman parte de la coalición internacional que combate al EI en Siria e Irak», de acuerdo con fuentes de seguridad, agregó el medio que difundió el mensaje de reivindicación.
El gobierno de Francia, que venía de los atentados a la revista satírica Charlie Hebdó, el 7 de enero de 2015, y los atentados en cadena con epicentro en el teatro Bataclán, el 13 de noviembre de ese mismo año, que dejaron un total de 150 muertos, extendió el estado de alerta en todo su territorio que regía desde hacía más de dos años.
El entonces presidente francés, Francois Hollande, viajó a Niza tras declarar tres días de duelo por el ataque, ante la consternación generalizada.
En tanto, videos grabados por testigos que circulaban por las redes sociales, mostraron escenas de pánico, con personas aterrorizadas huyendo a la carrera e incluso saltando desde la rambla a la playa, hasta que la policía finalmente rodeó el camión con acoplado blanco, ya detenido, y mató a tiros al conductor.
«El terrorismo es una amenaza que agobia a Francia y que continuará agobiándola durante un largo tiempo», dijo el entonces primer ministro Manuel Valls en París luego de compartir con Hollande una reunión de gabinete de emergencia.
«Estamos enfrentando una guerra que nos ha traído el terrorismo. La meta de los terroristas es infundir miedo y pánico. Y Francia es un gran país, una gran democracia, que no va permitir ser desestabilizada», agregó.
El ataque ocurrió en el Día de la Bastilla, la principal fiesta nacional del país, que recuerda el inicio de la Revolución Francesa, el 14 de julio de 1789, por lo que el Paseo de los Ingleses de Niza rebosaba de gente.
Se prevé que habrá una recordación del atentado, pero por lo pronto en el Paseo de los Ingleses se volvieron a instalar hoy las tradicionales luces y fuegos de artificio por la fiesta nacional de Francia, según relató a Télam Mario Mary, un argentino residente en Niza.
Esos fuegos estuvieron ausentes en 2016, por ser el primer aniversario del ataque, y en 2020, por las restricciones que impuso la pandemia de coronavirus.