Conservador, católico y empresario rural fue condenado el 10 de febrero de 2010 a 30 años de prisión por su participación en el golpe de Estado de 1973
El 12 de junio de 1976, hace 45 años, fue destituido Juan María Bordaberry, el dictador uruguayo que llegó en 1972 al Gobierno por la vía constitucional, disolvió el Congreso un año después con el apoyo de las fuerzas armadas, prohibió los partidos políticos e instauró un régimen despótico y asesino.
Amigo del líder de la dictadura chilena, el general Augusto Pinochet, que lo visitó en Montevideo en 1993, Bordaberry fue condenado el 10 de febrero de 2010 a 30 años de prisión por su participación en el golpe de Estado de 1973.
Conservador, católico y empresario rural, el ex mandatario también fue juzgado por los delitos de desaparición forzada de nueve personas y el asesinato de dos opositores.
En el momento de anunciarse este veredicto, el ex presidente de facto cumplía prisión domiciliaria por otra condena de 30 años de prisión como responsable del homicidio de 14 uruguayos detenidos-desaparecidos durante su Gobierno.
«La sentencia no aporta años de reclusión al procesamiento de Bordaberry, pero tiene un enorme carácter simbólico para Uruguay», dijo en aquellos días la abogada Hebe Martínez Burlé, quien había iniciado el proceso contra Bordaberry, informó el diario español El Mundo.
Tras ganar las elecciones de noviembre de 1971, Bordaberry dio un «autogolpe» el 27 de junio de 1973, con el apoyo de los militares, instaurando una dictadura que iba a durar hasta 1985.
El 12 de junio de 1976, los militares destituyeron a Bordaberry y, en su lugar, nombraron a otro civil, Alberto Demicheli. Entonces, el exdictador se alejó de la política y volvió a dedicarse a la actividad agrícola.
Si bien la democracia volvió a Uruguay en 1985, se necesitaron 20 años para que Bordaberry fuera sometido a un proceso judicial.
La dictadura uruguaya, que tenía a un civil como Presidente, vigilado por las fuerzas armadas, no se diferenció de los otros regímenes militares del llamado «Plan Cóndor», creado en forma ilegal por las dictaduras de la Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, para secuestrar, torturar y asesinar a opositores en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado.
Bordaberry, descendiente de vasco-franceses, nació el 17 de junio de 1928 en el seno de una acaudalada familia de terratenientes.
Según las crónicas de su vida, su primer contacto con la política fue a través de la actividad agrícola heredada de su padre. Antes de ser elegido jefe de Estado fue ministro de Ganadería y Agricultura del expresidente colorado Jorge Pacheco Areco, quien no podía presentarse a la reelección.
En 2005, Bordaberry enfrentó un juicio por el asesinato de los legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, cometido en Buenos Aires en 1976, así como de los exguerrilleros Rosario Barredo y William Whitelaw.
Finalmente, el 16 de noviembre de 2006 fue arrestado y se le dictó la prisión preventiva. Pero, como consecuencia de su debilitada salud, las autoridades le concedieron el arresto domiciliario en 2007.
Según la ex fiscal del caso, Ana María Telechea, «surge plenamente probado que en el período que va desde el golpe de Estado (en 1973) hasta que Bordaberry es destituido por los militares, se produjeron centenares de desapariciones y fallecimientos a consecuencia de las torturas efectuadas por quienes estaban al frente de dicho proceso dictatorial».
Sin embargo, Bordaberry afirmó ante la justicia que sólo oyó hablar de los desaparecidos «20 años después» de su Presidencia y aseguró que, durante su Gobierno, se mantuvo al margen de las acciones emprendidas por los militares.
El ex dictador murió a los 83 años, el 17 de julio de 2011, en su casa de Montevideo, mientras cumplía arresto domiciliario.
En 2000 se creó la llamada «Comisión por la paz» que determinó que durante la dictadura hubo 38 uruguayos desaparecidos en Uruguay; 182 de la misma nacionalidad en la Argentina; ocho en Chile, dos en Paraguay y uno en Brasil.