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A 44 años del secuestro y desaparición del dirigente gremial de Luz y Fuerza Oscar Smith


El dirigente sindical fue víctima el 11 de febrero del año 1977, en plena dictadura militar, de secuestro y su desaparición

Comprometido siempre con la defensa de los trabajadores, y especialmente con la de sus compañeros de Luz y Fuerza, el dirigente sindical Oscar Smith fue víctima el 11 de febrero del año 1977, en plena dictadura militar, de secuestro y su desaparición. Esa desgraciada mañana, de la que hoy se cumplen 44 años, el entonces secretario gremial de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlyf) y secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza de la Capital Federal, realizaba en su automóvil, un Dodge 1.500, el recorrido de siempre para dirigirse a la sede gremial. Desde allí seguiría viaje hacia el aeropuerto para dirigirse a Mar del Plata, donde lo aguardaban su esposa y sus hijas. Nunca llegó.

No resultaba difícil ni complicado para los secuestradores, conocer la ruta que tomaría el “Gato”, como cariñosa y afectuosamente lo llamaban sus amigos y compañeros: jamás dejó de vivir en su casa de siempre, de su infancia, en Villa Domínico, y el camino que tomaba para arribar a su destino cotidiano era siempre el mismo. Por si esto no bastara, Smith se negaba a ir con custodia, en una época signada por la violencia. En ese último viaje, dramático para él y para el Movimiento Obrero Argentino, lo acompañaba su madre, quien se bajó del auto en una panadería, un poco antes de perpetrado el secuestro.

Junto al general y entonces presidente Juan Domingo Perón

Hacía un mes que Smith había cumplido los 45 años, y buena parte de esa joven vida la había comprometido con la lucha por la vida digna de los trabajadores, desde que ingresara siendo joven a la recordada empresa de electricidad Segba en la Capital Federal donde comenzó su carrera sindical.

Fiel a sus ideales, que sostenían como principio insoslayable la defensa de los derechos de los trabajadores, por esos días el dirigente llevaba adelante una irrenunciable lucha contra las autoridades militares, consistente en la reincorporación de todos los trabajadores despedidos y la plena vigencia del Convenio Colectivo de Trabajo. Vanos fueron los consejos de sus allegados en el sentido de que «bajara un poco el perfil» ante las acciones sin escrúpulos que llevaba adelante la dictadura militar. Se mantuvo inflexible y firme en sus convicciones que no eran otras que el bienestar y la dignidad de la clase obrera. Es para remarcar el hecho de que el dirigente peronista, sin vueltas y en el marco de un encuentro en el que defendía a trabajadores detenidos, se atrevió a ponerle freno a los atropellos verbales del entonces general y represor Carlos Suárez Mason: «A mi no me grite que yo no estoy vestido de verde», le dijo ante el estupor de todos.

Oscar Smith

Cabe recordar, por otra parte, que por la misma época otros doce militantes de Luz y Fuerza desaparecieron, sin que la historia diera cuenta jamás de lo sucedido con ellos.

Oscar Smith, a quien hoy la familia lucifuercista recuerda, formó parte de un grupo de destacados dirigentes y militantes gremiales comprometidos con el ideario de una Nación justa, libre y soberana que priorizaron, por sobre todas las cosas, la vida digna de los trabajadores y los sectores sociales excluidos