La ciudad de Liverpool se sumió en un doloroso silencio este lunes coincidiendo con el 30º aniversario de la tragedia de Hillsborough, un accidente que costó la vida a 96 hinchas Reds.
Las escaleras del St. Georges Hall, uno de los edificios emblemáticos de la ciudad, se llenaron de ramos de flores y de velas encendidas como homenaje a las víctimas del drama ocurrido en Sheffield (norte de Inglaterra) con motivo de la disputa, el 15 de abril de 1989, de la semifinal de la FA Cup que enfrentaba al Liverpool con el Nottingham Forest.
También se colocaron flores y fotos de las víctimas ante el memorial que recuerda la tragedia en los exteriores de Anfield, el histórico templo Red, mientras que la ciudad quedó en silencio a las 15.06, hora en la que se detuvo el partido.
«Es un día que la gente recuerda», declaró el alcalde de la ciudad Joe Anderson.
«El apoyo que esta ciudad y que los habitantes de Liverpool nos han dado ha sido extraordinario (…) Nunca nos dejaron caer», declaró por su parte Louise Brookes, cuyo hermano Andrew falleció aquel día.
El drama se produjo cuando los aficionados del Liverpool se concentraron en masa ante los tornos que permitían el acceso al estadio de Hillsborough, con la hora de inicio del partido ya cercana. La seguridad abrió una puerta que conducía a una zona de las tribunas reservadas para los hinchas del Liverpool para disminuir la presión… solo que esa tribuna ya estaba sobrepoblada.
La avalancha provocó inicialmente la muerte a 94 personas, comprimidas contra las vallas de seguridad que separaban la cancha de las gradas. Otros dos hinchas morirían después por las heridas sufridas.
Esta tragedia, la peor de la historia del deporte británico, llevó a las autoridades a cambiar radicalmente las normas de seguridad en los estadios ingleses.
Tras un largo combate de las familias por obtener justicia, la fiscalía británica anunció en 2017 su intención de llevar a juicio el caso y éste se celebró en los últimos meses.
Graham Mackrell, de 69 años y antiguo responsable de seguridad del Sheffield Wednesday, el club propietario del estadio, fue declarado culpable de no respetar las reglas de seguridad.
El jurado, en cambio, no logró ponerse de acuerdo, tras 29 horas de deliberaciones, sobre el veredicto al principal acusado, el ex comisario de policía David Duckenfield, de 74 años y encargado del dispositivo de seguridad en el momento de los hechos, que estaba procesado por homicidio involuntario por grave negligencia, aunque la acusación anunció que tratará de que se celebre un nuevo juicio.
Otros dos ex policías, Donald Denton y Alan Foster, así como el abogado retirado Peter Metcalf que había representado a las autoridades, serán juzgados en septiembre, acusados de haber intentado acallar el caso y poner trabas a la justicia.