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Fundación "Pies Descalzos"

Las escuelas de Shakira


La escuela Institución Fundación Pies Descalzos, creada por la cantante colombiana es muy importante para Barranquilla y Carina Ferreras realizó un reportaje a una de las responsables del lugar que fue publicado en el diario «La Vanguardia»

El artículo comienza contando que: «Cuando en Barranquilla (Colombia) se pregunta por el barrio de La Playa, al norte de la ciudad, la gente responde “tienes que ir donde Shakira” como si la indicación de la escuela Institución Fundación Pies Descalzos, creada por la cantante colombiana, hubiese dado identidad al lugar. El colegio está situado cerca de la ciénaga Mallorquín, donde pescan los hombres de la comunidad que oficialmente se llama Corregimiento Eduardo Santos. Es el sexto centro que tiene la cantante en Colombia.

“Donde Shakira” es uno de los suburbios más pobres de Barranquilla, que se ha ido construyendo y ampliando con los desplazados de los departamentos colindantes de la Magdalena, Sucre y Bolívar, ocupando un terreno baldío de arena, con casas bajas de adobe, madera o ladrillos. Viven de la pesca, los jóvenes juegan al billar para competir en la ciudad y “sacarse millones”, compran los árboles de plástico de navidad con el “plan separe” (a plazos) y en la calle deambulan perros abandonados . La población crece. Ahora se suma una buena parte de los 1,2 millones de venezolanos que han huido de su país hacia Colombia, dispuestos a dormir en un colchón sobre el suelo bajo una techumbre precaria pero más segura que el tejado de Venezuela. La integración de los exiliados del norte, nuevos pobres, no se hace sin conflicto. Culpables o inocentes, cargan con la autoría de robos, violaciones, asesinatos…»

Sobre la Fundación Pies Descalzos, habla con Patricia Sierra y dice lo siguiente:  «La Fundación Pies Descalzos, impulsada por Shakira, está pensando cómo reintegrar la nueva realidad de los venezolanos en la escuela. Esta entidad construyó el centro público Institución Pies Descalzos de La Playa hace nueve años. Patricia Sierra es la directora ejecutiva –y una de las impulsoras junto a Emma Mejía, ex consejera de la ONU–. Sierra explica que la fundación se dedicó inicialmente a la nutrición en comedores escolares pero la actividad era meramente asistencial. Fue entonces cuando se decidió dar un giro hacia la educación. “Shakira definió dos condiciones de entrada. La primera es que quería trabajar desde lo público, apoyando a la administración, y en ámbitos de gran necesidad. Para la segunda sólo dijo: ‘quiero un colegio donde yo pudiera llevar a mis hijos’”.

Barrio de la Playa, Barranquilla, Colombia

Barrio de la Playa, Barranquilla, Colombia (Carlos Duran)

La Institución Pies Descalzos de La Playa cuenta con 1.500 alumnos de 5 a 18 años. Adosada al edificio (que cuenta con teatro, sala de conciertos, aulas de plástica, música, informática…) se encuentra la guardería Aeioyou, una de las escuelas Reggio Emilia en el mundo, que fundamenta su pedagogía en la escucha y observación del niño vinculado a su propia cultura. Con ese espíritu funciona también Pies Descalzos.

La formación de la Institución parte de tres premisas: dignidad, arraigo y productividad, es decir, trabajar para mejorar las condiciones de vida de la comunidad. “El primer año nos dedicamos a enseñar a los alumnos a respetar el edificio y sus patios. Era su primer espacio colectivo, teníamos que hacerlo suyo para que pudieran cuidarlo”, explica Sierra. Después, implicaron a la comunidad en una multitud de proyectos y tareas.

La escuela está abierta por las tardes y los fines de semana para que los residentes del área acudan a recibir clases de deporte, cultura, inglés, lectura, informática, música, danza o creación de disfraces con máquinas de coser (Barranquilla es famosa por su carnaval). Entidades extranjeras colaboran como la Fundación la Caixa y la Fundación Barça que aportan sus metodologías para formar en emprendeduría a los jóvenes y formar en valores deportivos que permiten trabajar aspectos como la convivencia, la discriminación de género o el bullying (mediante el programa Futbol Net).

En esta década, se calcula que la escuela ha impulsado 980 iniciativas de autoempleo o creación de pequeñas y medianas empresas. De algunos proyectos para la comunidad nacen negocios como el del vendedor ambulante de empanadas que vende ahora al colegio y a otras empresas, tras un curso de negocios. Madres que aprendieron matemáticas y lengua para que pudieran dar clases de refuerzo a los alumnos más rezagados cuyos padres carecen de conocimientos básicos se han convertido ahora en maestras de refuerzo que cobran por su labor en otros centros.»

Instituto Pies Descalzos, Barraquilla, Colombia

Instituto Pies Descalzos, Barraquilla, Colombia (Carlos Duran)También hacen referencia en la nota a los Talleres contra la violencia

«Un grupo de unas ochenta mujeres del barrio se apuntó a talleres contra la violencia. La Señora Mónica, de 47 años, es una de ellas. Su historia resulta significativa. Originaria de Medellín, siguió a su marido hasta La Playa –donde adquirió una alergia de piel por el agua contaminada–, parió dos hijos que entraron en la escuela de Shakira y con su locuacidad se convirtió en una de las madres contra la violencia. Ayuda a los chavales a quitarse “del vicio”, a volver a la escuela, y lucha contra el maltrato en la vecindad. “Yo antes pegaba y gritaba a mis hijos y ahora sé que sólo la palabra amorosa educa”, explica. El maltrato, dice, conduce a la violencia o al silencio.

El hijo de Mónica es mecánico y su hija, que está en último curso de bachillerato, quiere ser veterinaria. Cree que conseguirá una beca del Gobierno por buena estudiante. Mónica se separó de su marido hace cuatro meses. “Yo, que ayudaba a otras mujeres, no veía necesidad de actuar en mi hogar”. Se armó de valor y le pidió que se fuera.

El hombre respondió con una agresión que casi la mata. Ahora vive a cuatro casas, con su vecina Yamaris, que tiene dos hijos. El menor no va al colegio de las monjas porque, según la madre, recibió un bofetón y desde entonces enmudeció.

Instituto Pies Descalzos, Barraquilla, Colombia

Instituto Pies Descalzos, Barraquilla, Colombia (Carlos Duran)

Las mujeres llevan una vida difícil en la ciénaga. Barren y limpian la casa hasta que llega el marido de la pesca. Le preparan el pan y el “tinto” (café). Los embarazos empiezan con 12 años. Muchos, sin padre reconocido, son fruto de la violencia intrafamiliar. “El abandono escolar por la crianza de un hijo es desgraciadamente muy frecuente en las zonas desfavorecidas de Colombia”, explica Sierra, “pero en nuestras seios escuelas sólo una niña de 16 años quedó embarazada”.

El nivel académico conseguido en estos años supera las expectativas de un centro público. En las evaluaciones estatales, los alumnos se sitúan en las posiciones más altas (la A) y el objetivo es que el próximo año obtengan la máxima, A+, una nota reservada únicamente a las mejores instituciones privadas de Colombia.

Los profesores, una de las claves

Los profesores son una clave. Su formación es continua e intensiva y trabajan de forma colegial. “Proponemos espacios de aprendizaje y, en las primeras etapas, son los niños los que eligen qué quieren aprender. Respetamos todos los talentos y formas de expresión de cada alumno que va adquiriendo una gran autonomía y expresividad”, explica la profesora Emperatriz Passo. Lamenta, no obstante, que la población no aprecie “todos los juguetes” que tienen en la escuela cuando en otras zonas en las que ella ha enseñado apenas hay una
pizarra.

El año pasado, 500 alumnos recibieron formación del programa Jóvenes Emprendedores de la Caixa y un grupo fue a Barcelona a competir en un proyecto. Elías es uno de esos estudiantes que en una emotiva carta al director del área educativa de la fundación, Xavier Bertolín, le expresaba su gratitud porque gracias a ese viaje se “empoderó” y estudió para sacarse la selectividad y una beca para cursar ingeniería. “Quién lo hubiera dicho, ¿verdad? Nunca me había montado en un avión y de buenas a primeras me monto en seis. Aunque mi familia es de bajos recursos yo ahora disfruto de una buena universidad. Quizás un día nos volvamos a ver”, subraya esperanzado.

De la Institución Pies Descalzos han salido alumnos excelentes, como Elías, y campeones de patinaje, saxo, fútbol femenino o ajedrez como el pequeño Danilson David Sepúlveda, de 8 años, que compite con los de 12 años y ha ganado el campeonato departamental. “Soy muy inteligente y competitivo”, se autodefine. Quiere ser meteorólogo para anticiparse a los fenómenos de la naturaleza y evitar desastres.

El pasado 2 de noviembre Shakira puso la primera piedra de su séptimo centro colombiano que estará situado también en su ciudad natal, en el barrio El Bosque, a unos metros de la hacinada cárcel municipal, un barrio en el que los taxistas se niegan a entrar. Se abrirá en el 2020. Y ya han desembarcado el grupo de psicólogos, educadores, antropólogos, historiadores que definirán las características del barrio y capacitarán a sus líderes comunales. Las fundaciones Barça y La Caixa aportan, entre las dos, 1,2 millones de euros.

La cantante bordó su discurso. Dijo que era inaceptable e injusto que los gobiernos no tuvieran como prioridad máxima el cuidado de la infancia y su educación, que es el futuro de la humanidad. Que las empresas, que reciben de la sociedad, también deberían contribuir a romper el círculo pernicioso que condena a los hijos de los hijos de los pobres a ser ignorantes. Señaló a un grupo de niños que la vitoreaban: “de aquí saldrán ingenieros, médicos, maestros. De aquí saldrá gente con ideas para llevar la paz y el progreso a Barranquilla, Colombia y el mundo”. Sólo le quedó mencionar el poema de Gabriel Mistral: “Piececitos de niño, azulosos de frío…”.