Con la Gente y vos

«La casa sin luz: un viaje por los rincones donde no llega el afuera»


Gustavo Quintana propone una imagen poderosa de los espacios —reales o simbólicos— donde la vida se repliega, los rostros se borran y los sueños dejan de nacer

Por Gustavo Quintana – Especial para CLG

En la Casa de las ventanas cerradas no entra la luz

En la Casa de las persianas bajas nadie se ve

En la Casa de las vidas quebradas nadie adivina las facciones del otro

En la Casa donde las paredes ciñen ya nadie respira

En esa Casa no hay puertas

En esa esta tuya nuestra Casa no nacen los sueños

Sólo hay seres que brotaron en ella

Hay ánimas que dan vueltas y chocan

Espectros que no saben el camino

Meras carnes que no encuentran mano alguna

En la Casa de los rostros caídos cualquiera que esboza una sonrisa cree ver una abertura en la pared

Y se da de bruces

Y no lo cuenta

Lo calla y lo sufre

Lo oculta

Lo disfraza

Y sigue jugando a que tal vez

Y sigue elucubrando que hay un afuera

La Casa del pezón marchito es como una teta gigante

Es una Casa flácida sin leche y llena de cadenas

Apenas hay un poco de calostro pero siempre calabozos

En la Casa de las ventanas clausuradas se azotan todos para pasar el tiempo

En esa Casa cáscara hay un cartel afuera: «Acá ya no se sueña nada. Pase y vea el pozo. Prohibido hablar vivir y abrazar»

Gustavo Quintana