Por Enrique Genovar - CLG
Por Enrique Genovar – CLG
Central fue el mejor del año y por eso tuvo su premio: el título. Y el mismo terminó siendo aún más justo tras la eliminación prematura en los playoffs. Es que este sistema de disputa de los torneos casi nunca premia al mejor, pero esta vez gracias a la decisión que tomaron los que llevan adelante al fútbol argentino en darle una estrella al que más sumó en el año el Canalla tuvo justicia. Mucho se habló y se seguirá charlando. Pero las formas no manchan el título y Central fue un justo campeón.
No hay dudas que las formas de entregar el trofeo de Campeón de Liga no fueron las adecuadas, en especial en cuanto al tiempo. Pero se dio así y Central no es culpable de nada. El título no se mancha. La estrella ya está en el escudo por siempre. Y la misma es un acto de justicia para el equipo que mejor hizo las cosas en todo un año.
La decisión de consagrar al que más sumó en la tabla anual llegó para ponerle justicia al fútbol de primera división. Es que si bien la forma de disputa de los tornes en Argentina son emocionantes y cualquiera de los 16 que arrancan los playoffs puede salir campeón, no siempre lo logra el mejor.
Central fue el mejor del año y el título que le otorgaron es justo. Lo que no parece justo es que su nombre haya quedado en el medio de la polvareda que emerge de disputa política entre el gobierno nacional y el presidente de la AFA, Claudio Tapia, junto a su mano derecha Pablo Toviggino. El Canalla no tiene nada que ver en ese conflicto y no se lo premió por otra cosa que no sea por mérito deportivo.
Fue llamativo como distintos medios que no tienen en su agenda temas deportivos pusieron a Central en un lugar incómodo e injusto. Ubicar al Canalla en el ojo de la tormenta no es correcto. El fútbol argentino tiene cosas buenas y de las otras. Las maneras no gustan y de todo se sospecha, pero quedarse con el trofeo que le dieron al equipo de Ariel Holan es tapar con un árbol el bosque.
Central es un justo campeón porque el fútbol argentino así lo decidió y si bien las formas no fueron las adecuadas, las mismas no manchan el título.
