En diálogo con CLG, Sandra Viviana Moreira, su presidenta, habló del trabajo que vienen llevando a cabo y convocó a colaborar con la campaña que impulsan para refaccionar el hogar
Por Sofía Dalonse – CLG
Este 2025 «Todo por Amor» cumplió 26 años alojando a adultos mayores y discapacitados en situación de calle. La fundación, ubicada en Vélez Sarsfield 936, funciona como hogar desde el año 1999 y actualmente aloja alrededor de 25 abuelos de 60 años y de 45 con discapacidades.
Su presidenta, Sandra Viviana Moreira, aseguró que la institución necesita de la solidaridad de los rosarinos para continuar vigente, brindando asistencia y contención para los ancianos desprotegidos.
En diálogo con CLG, explicó que necesitan techar una área del patio para poder utilizarla como comedor: «El que tenemos en este momento se está derrumbando la mampostería y cae sobre las mesas, por lo tanto necesita una reparación, Ahora le colgamos unas telas de colores para que no caiga todo eso sobre las mesas. El último presupuesto que nos pasaron fue de 4 millones, para nosotros es un montón».

Y continuó: «La idea del nuevo comedor es para tener otra área techada en el lugar, porque solamente tenemos techado esa parte. Necesitamos contar con un lugar más, con un espacio donde también se pueda usar para hacer talleres y actividades».
En la misma línea, convocó a colaborar: «Necesitamos chapas, tirantes, maderas, puertas, ventanas. La idea es que nuestra gente tenga un espacio donde estar y comer tranquilos.
Moreira habló del trabajo que vienen llevando a cabo hace tiempo y relató las necesidades con las que llegan los ancianos al hogar: «Necesitan asistencia de todo tipo. Antes la gente que estaba en situación de calle era alcohólica o drogadicta, hoy son jubilados y pensionados que por alguna razón un día se encontraron en la calle porque no pudieron pagar el alquiler, los hijos tomaron sus propiedades, etc. Hay problemáticas diferentes. Gente que está quebrada, que está rota anímicamente y hay que incentivarlos constantemente para salir adelante, ocuparse de su salud, sus tratamientos».

También comentó que están impulsando diversos talleres: «Nos encontramos en los distintos talleres para trabajar lo que les pasa por dentro, más allá de darles la comida. Estamos ocupándonos constantemente de la parte emocional, talleres alternativos donde trabajan ¿cómo estoy, cómo me siento?; asimilar esta situación de compartir un espacio de personas que son extraños. Cuando llegan, notas que sienten que están al borde del precipicio, en el fin del mundo. Y hay que hacerles entender que todos los días hay un nuevo comienzo, que se puede vivir distinto, crear nuevos vínculos y con la edad de ellos se les hace difícil».

Según detalló, en los talleres trabajan el autoestima, la percepción de ellos mismos y los compañeros, cómo colaborar en el lugar. También festejan los cumpleaños con fotos, torta, velita, globos, guirnaldas. «Les encanta, es un momento esperado para cada uno, nos ocupamos de hacer especial ese día, que se sientan acompañados como una familia», dijo al respecto.
Y cerró: «Estamos tratando de sostener esa vida de familia, ocuparnos de los enfermos, asistirlos, preguntarles como están, llevarles el té o la comida a la cama, acompañarlos al médico. Ese es nuestro acompañamiento día a día».
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