Análisis
Opinión

Opinión: «Llegó el salvataje, pero la volatilidad no se va»


Por Diego Añaños – CLG

Luego de dos semanas de tensa espera, el martes se dio la anhelada cumbre entre Javier Milei y Donald Trump. Bueno, en realidad se dio pero no como la comitiva argentina lo esperaba. En primer lugar el encuentro se pospuso algunas horas debido a que el presidente norteamericano llegó de madrugada de Egipto, luego de la firma del acuerdo por la paz en Medio Oriente. A la hora del almuerzo, la delegación encabezada por nuestro presidente fue recibida oficialmente pero las cosas no salieron estaban planeadas. Donald Trump pasó casi una hora hablando con periodistas de diversos temas, y poca atención le prestó a Javier Milei. Cuando finalmente se refirió a la Argentina, dejó muy claros los límites de la ayuda norteamericana en función de los resultados de las elecciones del 26 de octubre y afirmó: “Si no gana, no contará con nosotros. Si pierde, no seremos generosos con la Argentina”. Los periodistas argentinos que estaban presenciando la conversación no salían de su asombro. Débora Plager soltó en vivo: “No lo puedo creer”, mientras que Paulino Rodríguez fue más al hueso y afirmó: “Yo creo que la definición más tajante y concluyente es: no está ayudando al presidente. Todo lo contrario, le está creando una bandera a la oposición”.

La respuesta de los mercados fue casi inmediata. El dólar comenzó lentamente a dispararse a la vez que todo papel (bono o acción) que tuviera el más mínimo aroma a Argentina se desplomó. Mientras, y como era previsible, el Riesgo País nuevamente retomó la senda alcista. De poco sirvieron los intentos de explicación de los miembros del Gabinete de LLA. Tanto Manuel Adorni, como Patricia Bullrich y Santiago Caputo, sugirieron que había una confusión, y que Trump no se estaba refiriendo a las elecciones del 26 de octubre, sino a las presidenciales de 2027. Sin embargo, fue el propio Donald Trump, a través de su red social Truth el que aclaró las cosas: “Espero que los argentinos entiendan el buen trabajo que (Milei) está haciendo y que vaya a apoyarlo durante las elecciones de medio término, así podemos continuar ayudando a que Argentina alcance su enorme potencial”. Ninguna confusión, todo muy claro: el combo es humillación más amenaza. Y Milei compra. El mismo presidente que insulta a cualquiera que se atreve a poner en duda cualquier afirmación suya, es un perrito faldero en el Salón Oval, totalmente desprovisto de autoestima y respeto de sí mismo.

La aclaración de Trump no hizo más que encender las alarmas, y la volatilidad cambiaria y financiera fue in crescendo. Luis Caputo se puso la 10 y saltó al ruedo. En un intento de calmar los ánimos, sostuvo que los mercados hicieron una interpretación errónea de los dichos del presidente de los EEUU. La respuesta fue aún más contundente. Los mercados parecían decirle al ministro: “encima ahora nos tratás de estúpidos???!!!”. Por supuesto, después de lo que pasó Caputo desapareció. Y quién apareció entonces? El virtual ministro de Economía de la Argentina: Scott Bessent. Fue así que el secretario del Tesoro de los EEUU en el día de ayer, anunció que la ayuda norteamericana no será de U$S 20.000 millones, sino de U$S 40.000 millones. Ah, bueno, ahora nos quedamos más tranquilos. Como consecuencia, el dólar reinició su racha alcista y cerró $1.475, $90 por encima del día miércoles, mientras que el Riesgo País se mantuvo por encima de los 1.000 puntos básicos. La cotización de los papeles argentinos mostró una gran volatilidad, beneficiando a los grandes fondos de inversión amigos de Bessent (Pimpco, Fidelity, BlanckRock), fuertemente colocados en activos locales, que pudieron vender en el momento indicado.

Y ahí está el nudo de la cuestión. Por más que los periodistas de los medios hegemónicos y los funcionarios del gobierno se esfuercen por instalar que la ayuda norteamericana tiene un fundamento geoestratégico, la verdad siempre termina emergiendo. Si Trump se planteara seriamente el caso de la ayuda a la Argentina en el marco de una batalla global por ponerle freno al crecimiento de la influencia China, no limitaría su apoyo a un horizonte temporal de dos semanas (ni siquiera a dos años, si quieren), y tampoco lo concentraría en una sola fuerza política. Un programa de contención de este estilo no sólo requiere de una planificación de largo plazo, sino de un acuerdo amplio con las fuerzas más importantes del ecosistema político local. Si el acuerdo se cae ante un mal resultado electoral, es porque la geopolítica le importa un rábano, y sólo está intentando salvaguardar los intereses financieros de los amigos del poder. Con suerte, además, podría conseguir alguna ventaja en el manejo de recursos estratégicos como el agua, el litio o las tierras raras.

Para ir cerrando. La decisión de la Justicia Electoral de no reimprimir las boletas únicas que se utilizarán en la elección bonaerense parece ser un capítulo cerrado. Desde el oficialismo ya comprendieron de que no existe tiempo material para seguir peleando esa batalla, por lo que cambió la estrategia. En un spot absolutamente delirante, Diego Santilli apareció junto a Karen Reichhart explicando cómo deberían marcar la boleta los que quieran apoyar al gobierno nacional. El candidato les explica que LLA es la primera opción, la columna de color violeta con el águila. A renglón seguido dice: “Vas a encontrar una foto, donde está Karen, y otra persona que bajó su candidatura” (José Luis Espert, Diego!!!!, no te acordás el nombre???) Pero créanme, el remate es digno de un sketch de Capusotto. Habría que preguntarle a Pedro Saborido si no se siente apabullado ante estas expresiones de humor hiperrealista. A mi me superó, no creí estar vivo para ver lo que ví. Sobre el final del spot, y en un intento canchero de invitar al voto, Santilli cierra con una frase que seguramente hará historia en el anal de los memes: “Para votar al Colorado, marcá al Pelado”. Cerrame la ocho, me dejó sin palabras.