Al menos 36 personas, entre ellas 10 menores, murieron hoy en Siria y más de 130 resultaron heridas en una nueva ola de ataques aéreos de fuerzas presuntamente sirias y rusas contra el principal bastión rebelde de la periferia de Damasco, informó una ONG.
Los nuevos bombardeos elevan al menos a 178 la cifra de muertos en la asediada región de Ghouta Oriental, al este de la capital siria, en cuatro días de fuertes ataques que la ONU ha calificado ya de «crímenes internacionales».
El mayor número de víctimas de hoy se registró en la población de Yisrin, donde al menos ocho personas perdieron la vida, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en Londres que documenta la guerra en Siria.
La zona de Ghouta Oriental abarca varias localidades y está parcialmente controlada por rebeldes islamistas desde el inicio de la guerra en Siria, en marzo de 2011.
El martes, 80 personas, entre ellas 19 chicos y 20 mujeres, murieron el martes en los bombardeos en Ghouta Oriental, en el día más sangriento del conflicto sirio en casi nueve meses y la jornada más mortífera en esa área suburbana en años.
Otras 34 personas murieron ayer y 28 más el lunes, según el Observatorio.
Siete civiles murieron en Damasco en esos cuatro días alcanzados por cohetes disparados por los rebeldes desde Ghouta Oriental, según la prensa estatal siria.
Esta semana, la ONU llamó a las partes en conflicto a hacer una pausa humanitaria para poder asistir a cientos de miles de personas atrapadas en zonas asediadas o de difícil acceso y para evacuar a los heridos y enfermos.
Según el organismo internacional, en Ghouta Oriental residen unas 400.000 personas atrapadas desde hace tres años por el asedio.
La región están en poder de facciones islamistas como el Ejército del Islam y la Legión de la Misericordia, y está rodeada por los efectivos gubernamentales.
La devastadora guerra entre grupos insurgentes y el gobierno sirio que lleva casi ocho años dejó ya un saldo de unos 400.000 muertos y unos 12 millones de desplazados o refugiados.
Luego de que la intervención rusa lanzada en 2015 ayudara a inclinar la balanza del lado del gobierno del presidente Bashar al Assad, los insurgentes quedaron mayormente circunscritos a Ghouta Oriental y a la norteña provincia de Idleb.