Por José Odisio - CLG
Por José Odisio
Newell’s perdió otro Clásico, y más allá de análisis tácticos, futbolísticos o anímicos, la realidad es que la situación golpea fuerte en el Parque. El hincha está lógicamente dolido, la dirigencia ya no tiene ningún argumento para defenderse y Fabbiani, que venía en alza y con buenas expectativas, también sucumbió ante un partido que ya se transformó en un karma para la Lepra y es difícil encontrar soluciones inmediatas.
Perder cinco Clásicos seguidos es difícil de digerir. En partidos donde hay tanto en juego desde lo emocional y deportivo, no parece lógico que Newell’s pierda una y otra vez, incluso sin que la diferencia real desde el juego no sea mucha. Lógicamente hay algo más que un planteo táctico, hay situaciones que pasan por la cabeza y la racha negativa potencia cada vez más. La sensación de inseguridad para sostener un resultado surge, incluso para este equipo del Ogro que en otros partidos, sin el peso del Clásico, supo revertir adversidades.
Corregir esto en el futuro no parece sencillo. Será la misión de otra dirigencia, posiblemente otro entrenador, y seguramente otros futbolistas. Pero Fabbiani debe enfocarse en el corto plazo, en lo que viene. Sabe que no hay revancha. Nada puede sacar el dolor de la derrota con Central. Pero sí tiene la obligación de seguir adelante, y la Copa Argentina aparece como un objetivo que de alguna manera puede incentivar a un plantel que está golpeado.
Inesperadamente, el Ogro tiene, por mérito propio, la posibilidad de sanar un poco la herida con la posibilidad de llevar a Newell’s a pelear un titulo, lo que no es poco. El tema será saber si hay reacción tras el golpe, tanto del DT como de los futbolistas, que ahora deberán bancarse los cuestionamientos de la gente y salir como puedan. La chance está, la tienen en una Copa Argentina alguna vez ninguneada y muchas veces esquiva. La toman, o deben buscar la salida.
