El destacado periodista y escritor israelí estuvo en Rosario invitado por la DAIA local y le dio una entrevista exclusiva a CLG
Por Carlos Duclos – CLG
El periodista y escritor israelí Gabriel Ben Tasgal estuvo en Rosario invitado por la DAIA de esta ciudad y dialogó con Con la Gente Noticias. Especializado en temas de Medio Oriente y autor de varios libros, Tasgal abordó diversos temas de actualidad, desde la anunciada ofensiva a la ciudad de Gaza, hasta las derivaciones de grupos terroristas en América Latina. Tasgal es optimista en cuanto a la firma de paz de Israel con países de Medio Oriente. «Todo el mundo tiene derecho a una patria ¿y el judío no? Cuando se discrima tanto a los judíos, antisemitismo y antisionismo son exactamente lo mismo», expresó.
—El Gobierno de Israel anunció una gran ofensiva en la ciudad de Gaza, lo que provocó reacciones incluso internacionales. ¿Qué opinión tiene en ese aspecto?
—No creo que sea una amenaza real. O sea, sí la puede llegar a ejecutar, pero el objetivo no es conquistar Gaza. Hasta ahora lo que ha hecho Israel es presionar físicamente a Hamás reduciendo sus capacidades bélicas, amenazarlo con destruirlo físicamente. Israel le destruyó a Hamás mucha infraestuctura militar. Noventa por ciento de los edificios están dañados o muy dañados. Entonces, esta estrategia fue para provocar que Hamás accediese al cese de fuego sin renunciar al fin de la guerra. Recordemos que Hamás decía que iba a acceder a dos semanas de cese de fuego a cambio rehenes. Eso había ocurrido ya dos veces e íbamos hacia un tercer cese de fuego. Ese cese de fuego era por 60 días, la entrega de 10 rehenes vivos y de 20 rehenes muertos ¿Por qué no se ejecutó?, no se ejecutó porque tuvieron mucho éxito en la campaña «hambruna en Gaza». Eso envalentonó a Hamás y no cedió al sentirse fuerte. La respuesta del gobierno israelí fue: ustedes no acceden al cese de fuego, nosotros vamos a conquistar la Franja de Gaza y se empezaron a emitir órdenes de enrolamiento general para transmitir a Hamás que o accedían a un cese de fuego bajo las condiciones de Israel o se conquistaba Gaza con la fuerza. Yo creo que en principio la amenaza de guerra total fue más que nada destinada que Hamás accediese al cese de fuego.

—Hay un movimiento en Israel en contra del plan de invadir Gaza. Hasta el célebre escritor David Grossman tuvo palabras fuertes contra la guerra. ¿Usted cree que la población israelí en general apoya el plan del Gobierno o lo rechaza?
—El problema es el siguiente: alguien que vive afuera de Israel entiende poco, porque no vive el día a día, y es que en Israel estamos viviendo un cambio de élites, un cambio social. La élite israelí antigua, de Tel Aviv, de izquierda, como la del escritor David Grossman, contrasta con la población de Israel que es cada vez más conservadora, de derecha y no tan laica. Entonces lo que se ve es que las ciudades típicamente de la vieja Israel, como Tel Aviv, están las protestas. Grossman es un excelente escritor, pero no creo que sea un especialista en ley internacional para establecer que es un genocidio, como ha dicho. Cualquier especialista que tenga dos dedos de frente no va a decir que esto es un genocidio, ni muy cercano. Entonces ¿hay oposición al gobierno de Israel? Sí, especialmente en las viejas élites. Las viejas élites en Israel tienen mucha fuerza en cuatro poderes: en la antigua estructura militar, en la prensa israelí, en la justicia de Israel y en la universidad. Sería la «casta» en Israel. Hay algunas manifestaciones en Israel ¿pero quién refrita y dice que esa manifestación es terriblemente popular? la prensa que es parte de ese misma grupo. Entonces yo digo: para mí, (y estás hablando con alguien que piensa que Netanyahu debería haber renunciado el 7 octubre) y lo digo con la misma convicción, que si hoy hay elecciones Netanyahu triunfa y es nuevamente primer ministro de Israel. Y otra cosa: Hay oposición, bien, ¿pero la oposición está dispuesta a parar la guerra y que permanezca Hamás en el poder? La respuesta es no. La mayoría de la población de Israel piensa que Hamás no puede quedarse en el poder, de ninguna manera.
—Bien, se termina con la estructura física de Hamás, ¿pero se termina con el espíritu de esa organización terrorista? ¿No subyace en la población de la Franja de Gaza el ideario de Hamás?
—Primero, el yihadismo como fenómeno es el resultado de la Primera Guerra Mundial y entonces no puede eliminarse a un grupo terrorista porque es una ideología. Se puede debilitar a la manifestación física de ese grupo terrorista, y puede ser que después de destruirlo a Hamás vuelva a nacer con otro nombre y la misma ideología. Eso hay que tenerlo bien claro.
—Se piensa en general que el problema palestino-israelí es de orden territorial.
—El problema palestino-israelí es un problema netamente religioso. Se sostiene porque educan a niños en la Franja de Gaza con varias ideas: primero: tu vida terrenal no importa, importa tu vida futura cuando llegues al Paraíso. O si tú vives mal y algo malo te ocurre, es culpa de los imperios y del extranjero que te humilla. O sea tú no eres responsable de nada. Cuando tú te educas justamente con esos valores, un grupo como Hamás tiene arraigo popular.
—¿Cómo se cambia eso?
—Cambiando la educación. Educando en valores de la tolerancia, de la excelencia, de la meritocracia, entonces se tendrá gente que no quiera suicidarse para matar a un judío o a un cristiano.
—¿Está de acuerdo en que la creación de dos estados resuelve el problema como plantean algunos países?
—No es la solución, y estás hablando con alguien que está a favor de dos estados. Lo que pasa es que muchas personas cuando hablan de este tema dicen que el conflicto es por tierras. Pero la realidad es que del lado palestino se trata de un conflicto religioso. Ellos creen que los judíos y los cristianos no tienen derecho a un Estado independiente. Y porque es un conflicto religioso es tan difícil de solucionar Entonces, la solución pasa por una moderación religiosa producto de reinterpretación de la ley y de una educación que tienda a una tolerancia religiosa.
—¿Cómo se logra?
—Hay que imponerlo, hay que imponerlo. La primera parte para poder lograr eso es derrotar al extremismo. Si vos derrotás al extremismo físicamente, entonces reconstruir es más fácil. Ahora, hagamos esta pregunta: si un Estado como Israel está combatiendo al terrorismo islámico y a ese adoctrinamiento radical y viene España y arropa y abraza a Hamás, y viene Francia y declara que quiere reconocer a un estado palestino, y después viene Inglaterra y dice algo parecido y viene Petro (presidente de Colombia) que cada dos días dice una barbaridad diferente, ¿el terrorismo no se sentirá arropado? ¿Sentirá que debe moderarse? No, se sentirá engrandecido. Lamentablemente, hay algunas cosas que están haciendo los países europeos y ciertos gobernantes europeos y yo creo que van a pagar un precio por eso.

—¿Cómo ve el futuro en Medio Oriente y cómo repercute eso en América Latina y en el mundo?
—El Medio Oriente hoy se divide en cuatro fuerzas políticas. Esta el eje árabe shiita: Irán, Irak, Siria de Assad, el Líbano y una pequeña isla de los hutíes en Yemen. Eso es el eje shiita que se había expandido en Medio Oriente y amenazaba a todo el mundo y que en América latina tenía entrada en Venezuela, en Bolivia, en Cuba, en Nicaragua y había creado un problemon en América Latina. El segundo grupo son los países radicales sunitas, que no hacen terrorismo, pero lo pagan y lo difunden: son dos Qatar y Turquía. Son dos problemas en el Medio Oriente porque son países bastante serios y que tienen fuerza política y que son los países de Los Hermanos Musulmanes. El tercer grupo son grupos radicales islámicos que quieren destruir el Medio Oriente y crear un califato religioso (Hezbolá, Hamás) Y el último grupo son los países árabes sunitas no radicales. Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Egipto.
Esta guerra lo que ha hecho es que el eje Shiita bajó de fuerza, significativamente.
—¿Cómo afecta el terrorismo en América Latina?
—Afecta muchísimo, porque en América Latina ellos interfieren en cinco formas diferentes: con dinero crean comunidades y grupos de conversos al islam, que a veces son muy radicales. Lo segundo que hacen es que tienen un canal de televisión, en castellano, que difunde información. Tercero: le pagan a políticos. Cuarto: vemos a los grupos indígenas y redentistas como los araucanos, los mapuches y otros en Perú y en Ecuador. Por último están metidos hasta el gorro en el tráfico de las drogas y en el lavado de dinero.
—¿Hay un auge, una multiplicación de antisemitismo, de judeo-fobia en todo el mundo o es un reflote de algo que se mantenía en las sombras?
—El antisemitismo es un fenómeno de hace 2000 años. Nace en el mundo católico y europeo. Pero sin embargo, hoy una persona católica cuánto más católica es, menos antisemita es. Esto porque seguía indicaciones de la Iglesia que se ha moderado muchísimo. El antisemitismo tiene cualidades especiales y muta; cuando lo más importante es la religión, la gente tenía antisemitismo de corte religioso. Cuando lo más importante era la raza, la gente era antisemita bajo racismo. Cuando lo más importante era la nación, surge la xenofobia y hoy cuando lo más importante parece ser la defensa de los derechos humanos, el argumento para el antisemitismo es en base a derechos humanos. Por ejemplo: Israel está cometiendo un genocidio. Es un antisemitismo basado en la premisa de un defensor de las derechos humanos.
El antisemitismo siempre existió, pero después de la Segunda Guerra Mundial, creíamos que el antisemitismo que había provocado la masacre de judíos, se iba a calmar. Y eso efectivamente ocurrió durante un tiempo, era políticamente incorrecto ser antisemita, era mal visto, pero el antisemitismo ha regresado diferente. Ha cambiado, porque antes los que promovian el antemitismo era gente de derecha y hoy los que promueven el antisemitismo son la inmigración musulmana, medios de comunicación y la izquierda. Entonces vemos que ha cambiado quien es el promotor y la forma en que se habla. Ahora un antisemita no va a decir que los judíos infectan el agua y son los creadores de la peste negra; no van a decir que los judíos asesinan niños para sacarle la sangre y hacer pan de Pascua. Pero sí dirán que los judíos asesinan niños en Gaza por deporte. Un antisemita hoy dirá que no es antisemita, que es antisionista. Utiliza la palabra la palabra sionismo como un insulto, pero en realidad el significado de sionismo es creer que el pueblo judío es un pueblo que tiene derecho a ser independiente, a tener una Patria. Todo el mundo tiene derecho a una patria ¿y el judío no? Cuando se discrima tanto a los judíos, antisemitismo y antisionismo son exactamente lo mismo.
—Volvamos por último a Israel y Medio Oriente ¿Qué puede suceder? ¿Cómo ve el futuro?
—Creo varias cosas: primero que es posible que Israel vuelva a atacar a Irán, porque los iraníes todavía tienen capacidades bélicas preocupantes y además todavía siguen envalentonados. Y existe también una posibilidad seria de que Israel firme la paz con Arabia Saudita y con otros países del Medio Oriente u otros países musulmanes como Indonesia. Y existe esa posibilidad porque después de esta guerra, Israel triunfa contra Irán contra Hezbolá y a pesar de que el atentado del 7 de octubre fue terrible, cambió la geografía del oriente. Y como Irán bajó, decayó, eso provoca que los países de Medio Oriente vean y digan que se unen a Israel que es una potencia tecnológica, una potencia económica porque creen que es mejor. Soy optimista con la posibilidad de acuerdos de paz entre países de Medio Oriente con Israel.
