Por José Odisio - CLG
Por José Odisio
«Es la mejor semana del año, yo le digo a los muchachos que la disfruten, no que la sufran». Cristian Fabbiani conoce el Clásico rosarino. No sé lo contaron, no lo vio por TV. El Ogro estuvo dentro de la cancha, vivió la semana previa con las lógicas tensiones, entendió la relevancia de ganarlo o perderlo. Se ganó el cariño de la gente por haberlo ganado, y todavía recuerda aquel gol increíble que falló en el final.
Fabbiani también sabe que Newell’s arrastra una racha adversa frente a Central. Por eso saca a relucir su faceta de «DT con calle». El Ogro busca descomprimir esa presión previa inevitable, evita ponerle al equipo la obligación de ganar que tanto le pesó en los últimos años. No le baja importancia, por el contrario, porque guardó titulares para no perder a nadie en este partido tan importante. Pero intenta que el ánimo sea un incentivo para salir a jugar con fiereza y no paralizados por el miedo a un resultado adverso.
Cuando asumió en Newell’s, en medio de un caos, pocos días después de una derrota en el Clásico, el Ogro confesó que hubiera aceptado ser el DT leproso y dirigir el Clásico con solo tres o cuatro días de trabajo. Una declaración tribunera que el entrenador la siente. Tal vez porque sabe cómo manejar las tensiones y obligaciones de este partido. O tal vez por estar loco. En ambos casos, parece un técnico ideal para que la Lepra afronte un partido que en la última década fue frustrante, salvó un par de excepciones.
Alcanza con estar de buen ánimo y sin presión? Seguramente no. El partido hay que laburarlo tácticamente, los jugadores deben tener una tarde iluminada, y el rival también juega. A eso se le puede sumar una dosis de fortuna y la tarea arbitral. Las variables son muchas, sin dudas, pero llegar al partido con la parte emocional controlada, ya es un paso clave.
Y en ese sentido, estar en cuartos de final de Copa Argentina fue un buen empujón de ánimo positivo. Porque el Clásico no es hoy el único partido para «salvar el año». Ganarlo sería muy importante; perderlo no dejará de ser un golpe duro. Pero hay más objetivos reales en el semestre, y eso debería descomprimir un poco las tensiones previas.
Newell’s afronta este Clásico con mejor perspectiva que la que muchos podían suponer hace algunos meses. Fabbiani es en buen parte responsable de eso. Ahora deberá demostrar si ese examen que alguna vez superó dentro de la cancha, también lo puede aprobar afuera.
