Cuatro cuerpos fueron hallados este martes, al día siguiente del derrumbe de dos edificios en Marsella, en el sureste de Francia, y las autoridades temen que hasta ocho personas hayan perdido la vida en esta catástrofe.
Los rescatistas, que trabajan incansablemente desde hace más de 24 horas, encontraron los cuerpos de dos hombres y dos mujeres bajo los escombros de los edificios que se hundieron repentinamente el lunes por la mañana, en pleno centro de esta ciudad portuaria mediterránea.
Un tercer edificio contiguo se derrumbó parcialmente el lunes por la tarde.
Las autoridades temen que entre 5 a 8 personas, de las que se desconoce el paradero, podrían estar sepultadas bajo los escombros.
«Durante las primeras operaciones de remoción hemos encontrado algunas bolsas de aire, lo que significa que aún tenemos esperanza de encontrar e identificar a sobrevivientes», dijo el ministro del Interior, Christophe Castaner, que viajó a Marsella tras el accidente.
Imágenes de Google Maps tomadas en los últimos meses mostraban que los dos edificios derrumbados, situados en el barrio obrero de Noailles, tenían grandes grietas visibles en sus fachadas.
Dos de ellos estaban clausurados y en teoría inhabitados.
Pero varios testigos confirmaron a la AFP la posible presencia de personas en los edificios en el momento del derrumbe.
Sophie Dorbeaux, una estudiante de 25 años que vivía en el edificio aún habitado, contó a la AFP que los muros de su apartamento «se movían desde hace unas semanas» y que habían «aparecido grietas».
La joven se salvó porque el domingo por la noche decidió ir a la casa de sus padres. «Apenas podía abrir mi puerta, tenía miedo de quedarme atrapada», contó.
La joven seguía el martes sin noticias de varios de sus vecinos.
Abdu Ali, de 34 años y de origen comorense, esperaba noticias de su madre que vivía en el primer piso de este inmueble. Como todos los días, la mujer acompañó el lunes por la mañana a su hijo de 8 años hasta la escuela, pero nunca fue a recogerlo y desde entonces no tienen noticias de ella.
Las autoridades han dicho que las fuertes lluvias de los últimos días podrían haber causado esta catástrofe, pero para miembros de la oposición el problema podría venir de las condiciones vetustas de los inmuebles de la ciudad.
«Son las casas de los pobres que colapsan y no es una coincidencia», señaló el líder de la izquierda radical y diputado por Marsella, Jean-Luc Mélenchon.
Según un informe presentado al gobierno en 2015, las viviendas precarias amenazan la salud o la seguridad de 100.000 habitantes de Marsella.