China presentó este martes una réplica de su primera gran estación espacial, que planea lanzar a partir de 2022 y debería convertirse en la única en el espacio tras la retirada prevista de la ISS.
Coronada por un maniquí con traje de astronauta y ornada de banderas chinas rojas y amarillas, la nave de color blanco es una de las grandes atracciones de la Feria Aeronáutica y Aeroespacial que se celebra en Zhuhai, en el sur del país.
La Estación Espacial China (CSS), llamada igualmente Tiangong («Palacio celeste») tendrá tres partes: un módulo principal de cerca de 17 metros de largo (lugar de vida y de trabajo) presentado este martes y dos anexos (para los experimentos científicos).
Tres astronautas podrán vivir continuamente en la nueva estación orbital, de un peso total de al menos 60 toneladas y equipada con paneles solares. Podrán efectuar investigaciones en ciencia, biología y microgravedad.
El montaje de la CSS debería comenzar «en torno a 2022». Su esperanza de vida está estimada en diez años.
La estación china debería convertirse entonces en la única estación que vuele en el espacio tras la retirada programada en 2024 de la Estación Espacial Europea (ISS), que asocia a Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón y Canadá. Será, sin embargo, mucho más pequeña.
«China utilizará su estación espacial de la misma manera que sus socios de la ISS usan actualmente la suya: investigación, puesta a punto de tecnologías y preparación de las tripulaciones chinas para los vuelos de larga duración», explica Chen Lan, un analista de GoTaikonauts.com, una web especializada en el programa espacial chino.
Abierta a todos los países
China anunció por otro lado en mayo con la Oficina de Asuntos Espaciales de la ONU que su estación estaría abierta «a todos los países» para llevar a cabo experimentos científicos.
Institutos, universidades y empresas públicas y privadas fueron invitadas a presentar proyectos. China recibió 40 propuestas de 27 países y regiones, que ahora deben pasar por un proceso de selección, señaló en octubre la televisión estatal CCTV.
«Con el tiempo estoy seguro de que China tendrá éxito desarrollando colaboraciones», dijo Bill Ostrove, especialista en cuestiones espaciales en la consultoría estadounidense Forecast International.
«Muchos países y cada vez más empresas privadas y universidades tienen programas espaciales pero no tienen dinero para construir estaciones espaciales. La posibilidad [gracias a China] de enviar cargas útiles a una plataforma de vuelo habitada y de llevar a cabo allí experimentos es algo muy valioso», añade.
La Agencia Espacial Europea envía ya astronautas a entrenarse a China con el objetivo de que viajen un día a la estación orbital de ese país.
También es posible que un día un astronauta estadounidense pueda trabajar en la CSS. «La agencia espacial china y la ONU podrían imaginarlo. Pero no es seguro que el Congreso estadounidense tenga la misma opinión», indica Chen.
Pekín invierte millones de dólares en su programa espacial, coordinado por el ejército. Pone satélites en órbita, por su cuenta (observación de la Tierra, telecomunicaciones, sistema de geolocalización Beidu) o para otros países. También espera enviar un robot a Marte y humanos a la Luna.
China se convertirá así en «una de las grandes potencias del espacio», según Bill Ostrove, Rusia, Japón e India continuarán jugando «un gran papel» mientras que Estados Unidos seguirá siendo por el momento una «potencia espacial dominante».
«Además las empresas privadas ocupan un lugar creciente en el mercado espacial. Por esto será difícil que un país o dos o unas pocas compañías dominen el sector como hizo Estados Unidos durante la Guerra Fría», apunta.
Por su parte Chen Lan asegura que «dominar el espacio nunca fue un objetivo para China». «Pero los desafíos comerciales son cada vez más importantes en el espacio y [China] ve como la innovación y la ciencia son importantes motores económicos».