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Las elefantas Kenya y Pupy le dicen adiós al cautiverio y disfrutan de su nueva vida en la naturaleza


El traslado de Kenya desde Mendoza y el de Pupy desde Buenos Aires marcaron un cierre histórico para el cautiverio de elefantes en el país

Kenya y Pupy, las dos últimas elefantas que vivieron en cautiverio en Argentina, comparten hoy un destino distinto al que las marcó por décadas. Ambas africanas y residentes de antiguos zoológicos, se reencontraron en libertad en el Santuario de Elefantes de Brasil, donde se inició una nueva etapa para ellas.

El traslado de Kenya desde Mendoza y el de Pupy desde Buenos Aires marcaron un cierre histórico para el cautiverio de elefantes en el país. Ahora, ambas disfrutan de la naturaleza, libres de rejas y acompañadas por otros ejemplares de su misma especie.

El Santuario de Elefantes, ubicado en el Mato Grosso, ofrece un hábitat de 1.500 hectáreas donde los animales pueden recuperar conductas propias de su especie. En ese espacio, las dos elefantas africanas comenzaron a compartir sus días y a formar nuevos lazos sociales.

Kenya en sus primeros momentos de su nueva vida
Kenya en sus primeros momentos de su nueva vida

El final de los elefantes en zoológicos argentinos

El traslado de Kenya selló el fin de 136 años de presencia de elefantes en cautiverio en Argentina. Su viaje, de 3.600 kilómetros, requirió siete años de preparación y un operativo logístico que priorizó su bienestar. Hoy, puede moverse libremente, interactuar con su entorno y vivir sin las limitaciones del encierro.

Antes que ella, en abril, fue trasladada Pupy, la elefanta africana que residía en el ex zoológico porteño. Su salida cerró el proceso de traslado de más de mil animales iniciado en 2016, cuando el Ecoparque de Buenos Aires inició su transformación hacia un espacio de conservación.

Pupy recorrió 2.700 kilómetros hasta Brasil sin necesidad de sedantes, gracias a un intenso proceso de adaptación previa. En el santuario, se le permitió aclimatarse al nuevo ambiente, donde disfruta de una vida en libertad y rodeada de cuidados especializados.

Un viaje a la libertad. Pupy se encamina para llegar al Santuario de Elefantes Brasil
Un viaje a la libertad. Pupy se encamina para llegar al Santuario de Elefantes Brasil

Un entorno natural que fomenta la libertad

Aunque ambas compartían su condición de elefantas africanas, pasaron años sin conocerse debido al aislamiento del cautiverio. En el santuario brasileño, pueden finalmente establecer vínculos y compartir espacio con otras elefantas africanas, lejos de la soledad que marcó sus vidas anteriores.

Las primeras interacciones entre Kenya y Pupy muestran señales de socialización y compañerismo, demostrando la importancia del ambiente natural para el bienestar animal. Lejos del encierro, la naturaleza promueve la expresión de comportamientos propios de la especie.

En el Santuario del Mato Grosso, siete elefantas africanas conviven en libertad, en un entorno diseñado para su recuperación. Este espacio representa un modelo de conservación basado en el respeto y el bienestar animal, una alternativa necesaria frente al cautiverio tradicional.

Kenya tendrá una nueva vida en el Santuario de Brasil
Kenya tendrá una nueva vida en el Santuario de Brasil

El cautiverio y sus consecuencias

El cautiverio prolongado puede dejar secuelas físicas y emocionales profundas en los elefantes. La falta de espacio para desplazarse afecta sus articulaciones, provocando problemas óseos y musculares. Además, la escasez de estímulos naturales favorece el desarrollo de comportamientos estereotipados, como balanceos repetitivos o movimientos compulsivos.

En el encierro, los elefantes suelen vivir aislados o en grupos poco compatibles, lo que altera sus necesidades sociales. Esta privación genera estrés crónico, que debilita su sistema inmunológico y puede provocar enfermedades. La ausencia de interacciones naturales limita su capacidad para desarrollar comportamientos propios de su especie.

Las condiciones artificiales de los zoológicos, como suelos duros o espacios reducidos, también afectan su salud. Muchas veces, estas situaciones provocan infecciones en las patas o problemas digestivos. La combinación de estrés, encierro y falta de vida en manada impacta directamente en su bienestar y calidad de vida.